PRIMER VIERNES: 01 – JUNIO – 2012
Duodécima
estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen:
Hijos míos no temáis soy vuestra Madre la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las
gracias, a todos los que con fe, y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña, en la cual es mi deseo y en nuestra Divina presencia os inclinéis
todos besando el suelo en acto de humildad saludando a la Santísima Trinidad
pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor
y va dirigido a todos los habitantes del planeta tierra. Hijitos míos, con
profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos ven: Veo tanto dolor, veo
tanta angustia, es tan grave lo que veo que jamás podréis imaginar. Veo a mi
adversario, Satanás, lo veo seduciendo a los espíritus malignos, con el fin,
hijitos míos de acabar con todas las almas de este planeta. Por eso os pido,
viendo esta gravedad, oréis con la palabra, oréis con la mente, oréis con el
corazón. No dejéis nunca en olvido las armas que yo os he bendecido. Ahora
hijitos míos, mi Amado Jesús, mi Amado Hijo Jesús, como cada día me acompaña.
Luz Epifanía:
Señor, Jesús
mío, el verte llagado me asfixia, me asfixian, Señor tus llagas, me asfixian,
me ahogan, Señor… ¿Que no llore?... ¡como no voy a llorar al verte llagado! No
puedo Señor, no puedo von esta pena de verte así. No puedo ver esas lágrimas
que la Santísima Virgen, nuestra madre, derrama por sus mejillas. Mi amor es
tan grande, te amo tanto, que solamente Tú, Señor, me puedes entender.
Un día más me
pongo a tu servicio ofreciéndome como esclava tuya. He aquí tu pequeña esclava,
haz de mí lo que tú quieras, Señor. No dejes de ayudarnos, te necesitamos
tanto… sí, señor, ¡que bonito es lo que me has dicho! Que los corazones de
Jesús y de María estarán siempre aquí en esta montaña… Madre qué bonita frase.
La Stma
Virgen:
Hijitos míos, si supierais entender, si
supierais valorar lo que hay en esta montaña santa. Caminad sin miedo, estad
siempre, estad siempre a mi lado. Abrid vuestros corazones. Yo hijitos míos,
vuestra Madre Celestial, con mi Amado Hijo Jesús, descendemos del cielo a esta
montaña santa para bendeciros.
Y sin más por hoy, sin más por hoy hijitos
míos, en presencia de mi amado Hijo Jesús, os tengo que preguntar: ¿Renunciáis
a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu? ¿Amáis mi Santa Iglesia?
¿Amáis al Obispo de Roma vuestro Papa? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis
hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad...
Y sin más, hijitos míos, en este día, en
presencia de mi amado Hijo Jesús, Yo os bendigo como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con su espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SABADO: 02 - JUNIO – 2012
Cuarto
misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos no temáis soy vuestra Madre la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, hijos muy amados, en este día
os doy las gracias, a todos los que con fe, y espíritu de oración habéis subido
a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia, os
inclinéis todos besando el suelo, en
acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón
por vuestros pecados, y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy
es de dolor y va dirigido a esta nación, vuestra nación. Con profundo
dolor os digo en este día, lo que mis ojos ven: Veo una enorme bola de fuego
rodando de norte a sur, de este a oeste. Donde se detendrá. ¡Ay hijitos míos!
Su fuego es tan grande, el dolor es tan grande, la angustia será tan grande,
que jamás podréis imaginar. Por eso es que os pido en este día, y quiero
obediencia, subáis con frecuencia a esta montaña santa, de rodillas, os
postréis ante la cruz gloriosa y arrepentidos pidáis perdón a Dios por todos
vuestros pecados. Dios os escuchará. Si hacéis lo que os pido, Él os bendecirá.
¡Ay hijitos míos, os librará de tantos peligros!
Hijitos míos esperando hayáis entendido
este mensaje, este aviso, en presencia de mi amado Hijo os tengo que preguntar:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis
a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿Amáis mi Santa
Iglesia? ¿Amáis al vicario de Roma, vuestro Papa? Y vosotros ¿Os amáis hijitos
míos?
Haced crecer el amor en vuestros corazones.
Y sin más Yo os bendigo, en este día, en
presencia de mi Amado Hijo Jesús, como el Padre os bendice, por medio del Hijo
y con su espíritu.
Adiós hijitos míos.
13 – JUNIO – 2012
Cuarto
misterio de gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos no temáis soy vuestra Madre la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros
Hijitos míos, en este día os doy las
gracias, a todos los que con fe, y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia, os
inclinéis todos besando el suelo, en
acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón
por vuestros pecados, y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy va dirigido a todos los que en este día habéis subido a esta
montaña santa. Sí hijitos míos, a todos. En este día os digo;: Venid todos a mí, acercaos a vuestra Madre
celestial, Yo, en este día 13 de junio de 2012, os tomo de la mano y os llevo a
Jesús, a Jesús de Nazaret, el llagado, el crucificado, el Hijo del Padre,
Vuestra Verdad
Hijitos míos, en presencia de mi amado Hijo
Jesús, en este día os voy a abrir la puerta, la puerta del refugio de mi
Corazón Inmaculado. Todos vais a entrar. Pero antes, hijitos míos, como cada
día, mi amado Hijo Jesús está a mi lado, escuchadle.
Jesús:
Hermanos, Yo soy Jesús, Jesús de Nazaret,
el Llagado, el crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos soy fiel a mis citas, a nuestras citas… y
vosotros ¿sabéis responder?
Desciendo del cielo a esta montaña santa,
al lado de mi Madre, vuestra Madre, María Inmaculada. Venimos a salvaros, a
llenaros de gracia, a ayudaros a caminar.
Ahora hermanos, voy a bendecir vuestros cirios. Gloria Patri et
Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et
Filio et Spiritu Santo.
Vuestros cirios hermanos, han sido
bendecidos, con mi luz. Luciendo en vuestros hogares veréis mi presencia.
Ahora doy paso a mi Madre Santa.
La Stma
Virgen:
Hijitos míos ahora os abro a todos la
puerta del refugio de mi Corazón Inmaculado, pero antes de entrar os pregunto
en presencia de mi Amado Hijo Jesús: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus
secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo,
Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis al Obispo
de Roma, vuestro Papa? Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora todos, todos hijitos míos, entrad.
Luz Epifanía:
Madre, se abre
la puerta de tu Corazón Inmaculado, se abre Madre… ¡que puerta más grande!…
¿voy a entrar? Pero quiero pedirte algo Madre, que entren todos los que están
conmigo, haz que entren todos, concédeme esta gracia que hoy te pido. Gracias
Madre
Madre ¡que es
esto! ¡Que alegría! ¡Que gozo! ¡Que bien se está aquí! ¡Cuantos ángeles!
¡Cuántos santos! ¡Cuantos arcángeles!... Madre no se ve el fin… ¡que bien se
está aquí Madre! Déjame aquí para siempre. Aquí está la vida y el mundo en que
yo vivo es un infierno. ¡Que bien se está aquí en compañía de todos! Santos, ángeles,
arcángeles y también esos querubines tan chiquititos. Madre gracias, gracias
por este favor tan grande. Haz que salgan las almas que aquí entren hoy amando
a Dios sobre todas las cosas. ¡Que belleza Madre!... Ya se cierran las puertas…
¡pero cuantas luces! ¡Cuantas estrellas descienden sobre esta montaña! Madre si
pudieran ver lo que hay aquí. Madre, siempre estaré a tu lado ofreciéndome como
esclava porque tu traes la vida, la vida y la verdad, el amor de Cristo, su
gracia divina.
La Stma
Virgen:
Hijitos míos, guardad esta gracia que
habéis recibido en este día. La vais a llevar a vuestros hogares. Os acompañará
siempre.
Y ahora hijitos míos, como siempre os pido
al despedirme de todos, os vuelvo a preguntar: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿Amáis mi Santa Iglesia?
¿Amáis al Obispo de Roma, vuestro Papa? Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Amaos mutuamente, ayudaos mutuamente
caminad unidos, no tengáis miedo, haced lo que os pido, los corazones de Jesús
y de María os guían y protegen.
Y sin más Yo os bendigo, en este día, en
presencia de mi Amado Hijo Jesús, como el Padre os bendice, por medio del Hijo
y con su espíritu.
Adiós hijitos míos.