PRIMER VIERNES: 03 -
NOVIEMBRE – 2017
Décima estación, Luz Epifanía entra en éxtasis la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre en vuestros corazones.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los seguidores y servidores de Cristo. Sí, hijitos míos, con
profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos ven: Veo hijitos míos, a
decenas de millares y millares de espíritus del mal inundando todo el planeta
tierra. Sí, hijitos míos, apoderándose de decenas de millares y millares de
almas víctimas, en especial, hijitos míos quiere acabar incendiando la Iglesia
Santa de Cristo, mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia. Este espíritu del
mal, su misión está comenzando, enfrentando sacerdotes contra sacerdotes,
obispos contra obispos, cardenales contra cardenales. Provocando hijitos míos
un dolor profundo y general. Por eso en este día, desde esta montaña santa,
hago un llamado, vuelvo a hacer un llamado a sacerdotes, obispos y cardenales.
Subid hijitos míos a esta montaña santa y aquí recibiréis la fuerza y el valor,
la luz y el entendimiento para seguir adelante.
Y ahora os pido en este santo Viacrucis, subáis al
Calvario con fe y confianza, meditando en cada una de sus estaciones por todas
mis almas consagradas. Orad por mis curas, orad por mis obispos, orad por mis
cardenales. Sí hijitos míos, orad por ellos como ya os tengo predicho, en esta
subida al Calvario no estáis solos, mi Amado Hijo Jesús y Yo, Vuestra Madre
Celestial, oramos con vosotros y por vosotros, enriqueciendo este Santo
Viacrucis.
Y sin más por hoy, hijitos míos, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella
¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Unidos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a
los otros, amándoos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado
Ahora, mis manos hijitos míos entrelazadas están en
vuestras manos. Y en este estado de gracia y en presencia de mí amado Hijo
Jesús y en la cima de esta montaña santa, Yo os bendigo como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SÁBADO: 04 –
NOVIEMBRE – 2017
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra
en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en
este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis
subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos míos, el
mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este
planeta. Sí, hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día lo que mis
ojos ven. Veo subir al Calvario a mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo, con la cruz más grande y pesada de todos los tiempos.
¡Que dolor hijitos míos! ¡Qué profundo dolor hay en mi Corazón Inmaculado! En
este día os digo, os hago memorizar, que todo lo predicho por mí, vuestra Santa
Madre, María Inmaculada, en Fátima, se aproxima, se cumplirá, pero también os
digo, hijitos míos, que no está todo predicho.
Amad a Cristo,
seguid a Cristo y a su Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa
de Cristo.
Hijitos míos, en
este día os pido a todos, orad en este día los quince misterios del rosario,
pidiendo hijitos míos, pidiendo la paz, pidiendo la paz, pidiendo la paz.
Y sin más por hoy,
hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de esta montaña
santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus
secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella
¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Amaos todos, amaos
los unos a los otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora uníos todos,
tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros. Ahora mis manos, hijitos
míos, entrelazadas están en vuestras manos. Y en este estado de gracia, en la
cima de esta montaña santa y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús, Yo os
bendigo como el Padre os bendice, por medio
del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
13 – NOVIEMBRE – 2017
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis
y la Stma. Virgen dice:
Hijitos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre
entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este
día os doy las gracias a todos los que, con fe y espíritu de oración, habéis
subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra Divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por
todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el
mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a mis almas consagradas: religiosas,
sacerdotes, obispos y cardenales.
Sí, hijitos míos, con
profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos ven. Veo al Dragón Rojo
llevándose por delante a decenas y decenas de millares de almas inocentes a la
perdición. Por eso, hijitos míos, en este día os pido, quiero ser entendida y
obedecida por todos vosotros, a todos os pido: forméis en vuestras parroquias
una fuerte cadena de oración. Sí, hijitos míos, en esta fuerte cadena que os
pido no estaréis solos, Yo, vuestra Madre Celestial, oraré con vosotros y por
vosotros.
Haced lo que os pido,
hijitos míos. Haced lo que os pido. Haced lo que os pido.
Hijitos míos, ¡si
pudierais entender el dolor de este pobre alma víctima, el dolor de su corazón,
y el amor que os tiene a todos! Ora por todos día a día, la oración es su vida.
Sí, hijitos míos.
Ahora, hijitos míos, mi
amado Hijo Jesús está a mi lado. Escuchadle, amadle, adoradle, haced lo que os
pida.
Jesús:
Hermanos, no temáis,
soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús de Nazaret, el llagado, el crucificado, el Hijo
del Padre. Como veis, hermanos, no falto a nuestras citas, desciendo del cielo
de mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Descendemos del
cielo a esta montaña santa a traeros la salvación.
Ahora, hermanos, voy a
bendecir vuestros cirios: “Gloria Patri, et Filio, et SpirituiSancto. Gloria
Patri, et Filio, et SpirituiSancto. Gloria Patri, et Filio, et SpirituiSancto”.
Vuestros cirios,
hermanos, han sido bendecidos con una luz especial. Procurad, hermanos, la luz
que os ofrezco no falte en vuestros hogares. A través de estos cirios, como ya
os tengo predicho, mi luz y mi imagen estará en vuestros hogares.
Ahora, hermanos, doy
paso a mi Madre Santa. Amadla, seguidla, haced todo lo que os pide.
La Stma. Virgen:
Hijitos míos, sin más
por hoy os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás, renunciáis a sus
secuaces, renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre, amáis a Dios Hijo, amáis
a Dios Espíritu Santo, la Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Ayudadla, orad por ella.
¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os amáis, hijitos míos?
Uníos todos, tomaos de
la mano, aceptaos con amor los unos a los otros. Sí, amaos, hijitos míos, como
os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, en este estado
de gracia y en la cima de esta montaña santa, en este día mis manos
entrelazadas están a vuestras manos.
Y ahora, hijitos míos,
en este estado de gracia divina y en presencia de mi amado Hijo Jesús y en la
cima de esta montaña santa, yo os bendigo a todos como el Padre os bendice,
Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, la Santísima y Divina Trinidad.
Ahora, hijitos míos,
guardad esta divina bendición en lo más profundo de vuestros corazones.
Ahora, hijitos míos,
adiós, adiós, hijitos míos. Sí, hasta pronto.