PRIMER VIERNES: 01 – ABRIL – 2016
Novena estación del Víalucis, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma
Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día, os doy las gracias a
todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa
en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando
el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de esta nación, vuestra nación. Sí, hijitos
míos, en este día con mi Corazón Inmaculado roto de dolor, mis ojos llenos de
lágrimas, en verdad os digo lo que en este día mis ojos ven: Escuchad y
entended lo que en este día os vengo a pedir: Veo, hijitos míos, veo esta
nación, vuestra nación, llena de egoísmo, de dolor, de sufrimiento, llena de
lágrimas. Sí, hijitos míos, es tan grave lo que veo, que jamás podréis
imaginar. Por eso entended lo que os pido: Orad con fe, amor y confianza, este
Santo Víalucis, pidiendo en cada una de sus estaciones a vuestro Padre
Celestial, pedidle la paz, pedid la paz, pedid la paz.
Sí, hijitos míos, ahora también os pido: Mi Santa
Iglesia, Vuestra Santa Iglesia, la Santa Iglesia de Cristo, es vuestro camino,
es vuestra Luz, es vuestra Salvación.
Ahora, escuchad hijitos míos lo que los ojos de este
pobre alma, en este día, mi Amado Hijo Jesús le va a mostrar. Ahora un día más, doy paso a mi Amado Hijo
Jesús que está a mi lado. Amadle, adoradle, haced lo que os pide.
Luz Epifanía:
Señor, mi Señor ¿y este camino que hay hasta Ti? Este camino… ¿a dónde
vamos?... ¡Me traes a tu Santa Iglesia!... ¡Ay que Iglesia más grande! ¡Ay que
Iglesia más Divina, Señor!... ¡Donde me has traído hoy, Señor! Que alegría me
das porque Tú sabes que tu Santa Iglesia es mi vida, Señor. Que alegría y que
gozo, que grande es, que grande, Señor… Gracias, gracias Señor por mostrarme a
donde estoy, a donde está esta Santa Iglesia que Tú me muestras…gracias Señor,
gracias. He aquí tu pequeña esclava, perdóname si te pido, me dejes aquí en
esta tu casa… que gozo, Señor, que gozo, que alegría. Si el mundo pudiera ver
esta iglesia tan grande, tan inmensa, tan grande… y Tú, Corazón de Jesús, estás
en el centro… gracias Señor por traerme aquí, porque aquí está la vida… sí
Señor, lo entiendo perfectamente, sí
Jesús:
Hermanos, no temáis soy Jesús, Jesús de Nazaret, el
Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos, un día más he
descendido del cielo de mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María
Inmaculada, sí, hermanos, siempre seré fiel a nuestras citas… ¿y vosotros?
Recordad siempre en vuestros corazones que descendemos del cielo a traeros la
salvación.
Ahora, hermanos, voy a bendecir vuestros cirios con
una bendición especial: Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et
Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Vuestros cirios hermanos, han sido bendecidos, haced
todos que ésta, mi luz, las veinticuatro horas del día, no falten en vuestros
hogares. Haced lo que os pido.
Ahora hermanos, doy
paso a mi Madre Santa, escuchadla, amadla, haced lo que os pide.
La Stma Virgen
Hijitos míos, ¿habéis entendido a mi Amado Hijo
Jesús?
Sin más por hoy, hijitos míos, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más:¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad.¿Amáis mi Santa
Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él.Y vosotros ¿os
amáis hijitos míos?
Y ahora, uníos todos, tomaos de la mano aceptándoos
unos a otros y amándoos hijitos míos como os ama mi Corazón Inmaculado.
Bajo esta gracia y en esta montaña santa, y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo, os
bendigo a todos, hijitos míos como el Padre os bendice, por medio del Hijo y
con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SÁBADO:
2 – ABRIL – 2016
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los sacerdotes de mi Amado
Hijo Jesús, y a vosotros, todos sus seguidores. Escuchad y entended lo que en
este día os vengo a pedir. Sí, hijitos míos, con mis ojos llenos de lágrimas,
en este día os digo lo que mis ojos ven: Veo a mi adversario, Satanás, con su
Ejército maldito, en este tiempo de la gran prueba, lo veo avanzar, quiere
destruir mi santa Iglesia, quiere acabar, hijitos míos con vuestra fe.
Pero Yo, hoy
os digo, os digo a todos: No tengáis miedo y haced lo que os pido, convertíos
todos y creed en el Evangelio, amad el Evangelio, vivid el Evangelio. Si hacéis
lo que os pido, hijitos míos, se os abrirán los ojos y oídos del alma y veréis
con claridad lo que en este día os vengo a pedir. Como ya os tengo predicho:
Yo, Vuestra Madre Celestial y mi Amado Hijo Jesús, descendemos del cielo,
enviados por vuestro Padre celestial a esta montaña santa a pediros a todos, lo
que tenéis que hacer para vuestra salvación.
Sí, hijitos
míos, caminad todos por el camino, camino que conduce al Reino de Dios, no os
soltéis de mi mano, orad conmigo, sí, hijitos míos, orad al Padre, a vuestro
Padre Celestial, a mi Amado Hijo Jesús, con mi Corazón Inmaculado, orad todos,
pedid la paz, pedid la paz, pedid la paz
Hijitos míos,
y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en esta montaña Santa,
a todos os pregunto una vez más, respondedme con hechos, con hechos del
corazón, con la más profunda fe.
¿Renunciáis
a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad
por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Haced lo
que os pido, poneos todos, tomaos de la mano, aceptándoos los unos a los otros
y amándoos unos a otros como os ama el corazón de Cristo y mi Corazón
Inmaculado
Bajo esta
gracia Divina, en la cúpula de esta montaña santa, Yo, os bendigo a todos, de
mano de mi Amado Hijo Jesús, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con
su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.
13 – ABRIL –
2016
Cuarto misterio de Gloria, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración
habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todo mi Ejército Blanco, presente
y ausente. Hijitos míos, en este día os digo, entre lágrimas, el corazón roto
de dolor, lo que mis ojos ven. Veo hijitos míos, un rincón muy escondido donde
mi adversario, Satanás, está almacenando armas malignas. Sí, hijitos míos, muy
malignas, las peores, hijitos míos, construidas hasta ahora. Como ya os tengo
predicho, quiere acabar con mi Santa Iglesia y con todos sus seguidores, pero
no tengáis miedo porque Yo, hijitos míos, Vuestra Madre Celestial, en este
tiempo de la gran prueba, no os dejaré solos, como ya os tengo predicho, estaré
con vosotros en esta montaña santa y en otros muchos lugares más, donde Yo me
manifiesto. Os guiaré, os protegeré y os diré hijitos míos lo que tenéis que
hacer.
En este día os
pido una vez más, me abráis los oídos del alma y entendáis el misterio,
entendáis mi palabra, entendáis mis avisos, con gracia y Amor. Haced lo que os
pido, hijitos míos, sed fieles a Cristo, a su Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, todos los días de vuestra vida. Sí, hijitos míos, una vez más os pido:
Sabed entender y obedecer, todos, con docilidad. Orad con la palabra, orad con
la mente, orad con el corazón. Orad hijitos míos.
Hijitos míos,
si pudierais entender el misterio de la vida, la vida cristiana, la luz divina
del Santo Evangelio, Sí, hijitos míos, mi Corazón Inmaculado siempre estará con
vosotros.
Ahora, hijitos
míos, todos los que habéis subido en este día a esta montaña santa, uníos todos,
tomaos de la mano y decid todos conmigo: Santísima Trinidad, Yo te adoro, Dios
mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento.
Ahora,
bajo esta gracia divina, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Amaos
unos a otros como os ama el corazón de Cristo y mi Corazón Inmaculado
Ahora,
hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en esta montaña santa, os
bendigo a todos como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.