PRIMER VIERNES: 04 – MARZO – 2016
Duodécima
estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día, os doy las gracias a
todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa
en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando
el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a mis almas consagradas, a los sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús.
Hijitos míos, escuchad y entended el porqué de mis lágrimas en este día. Con
profundo dolos, mis ojos llenos de lágrimas, os digo lo que ven: Veo un gran
número de sacerdotes, sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús que han perdido la fe y
olvidado su ministerio y caminan sin rumbo hacia el abismo más grande de todos
los abismos.
Hijitos míos, sacerdotes amados, deteneos, deteneos
y volved al principio. Recordad aquel día, que llenos de gozo, dijisteis sí, a
Cristo. ¡Ay que dolor hijitos míos!
A vosotros os digo, hijitos míos, a todos los que en
este día habéis subido a esta montaña santa, hagáis y viváis con fe, este danto
Viacrucis, orando todos con fe y con profundo dolor por estos, mis sacerdotes
que en peligro están. No tengáis miedo, hijitos míos, no subiréis solos al
calvario, mi Amado Hijo Jesús, está a mi lado. Escuchadle, amadle, adoradle,
haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, Jesús de Nazaret, el
Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis, hermanos, no falto a
nuestras citas. Desciendo del cielo, de mano de nuestra Madre Santa, aquí, a
esta montaña santa, a traeros la luz y la salvación. Un día más voy a bendecir
vuestros cirios. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio
et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Hermanos, vuestros cirios han sido bendecidos con
una bendición especial. Luz que alumbrará vuestros hogares, fortalecerá
vuestros corazones y os hará ver con claridad el camino a seguir.
La
Stma Virgen:
Ahora hijitos sin más por hoy, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, en esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad
por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
En este día os pido, en presencia de mi Amado Hijo,
Jesús, os améis unos a otros como os ama mi corazón Inmaculado.
Y ahora hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, aquí, en la cima de esta montaña
Santa Yo os bendigo a todos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con
su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER
SÁBADO: 5 – MARZO – 2016
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de
este planeta. Sí, hijitos míos, en este día os digo, os digo a todos, lo que
mis ojos ven: Veo hijitos míos a decenas y decenas de millares de corazones,
corazones endurecidos, llenos de odio, envidia, codicia y vacíos de Dios. ¡Ay
hijitos míos! Mirad que os vengo anunciando que estáis viviendo el tiempo de la
gran prueba. Pero no escucháis, no entendéis porque vuestros corazones están
vacíos de Dios.
Con
profundo dolor os digo en este día, en este tiempo de la gran prueba, decenas y
decenas de millares caerán y no se levantarán. Hijitos míos, cuantas veces os
he dicho: Me manifiesto aquí, en esta montaña santa y en otros muchos lugares
más del mundo porque en mi Corazón Inmaculado sí está Dios, está lleno de amor
y desciendo aquí y en otros muchos lugares más de mano de mi Amado Hijo Jesús,
a traeros la salvación.
Tened
cuidado hijitos míos, con profundo dolor os digo: La confusión será tan grande,
tan inmensamente grande, que jamás podréis imaginar. Haced lo que os pido, orad
con la palabra, orad con la mente, orad con el corazón, como ya os he predicho,
cuando el hombre ora, Dios escucha, lo bendice y lo llena de gracia.
Hijitos
míos sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de esta
montaña santa, en este día a todos os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad
por él. Y vosotros ¿os amáis unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado?
Uníos
todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros amándoos en
profundidad. Así os quiero ver, hijitos míos.
Y ahora
bajo esta gracia divina que desciende del cielo para todos vosotros, en
presencia de mi Amado Hijo Jesús, bajo esta gracia Yo os bendigo en este día,
como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos, mi Corazón Inmaculado os ama tanto.
13 –
MARZO – 2016
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes del planeta
tierra. Sí, hijitos míos, escuchad y entended lo que en este día os voy a
pedir. Os voy a decir hijitos míos, lo que mis ojos llenos de lágrimas, el
corazón partido de dolor, en este día ven: Veo hijitos míos abrirse la tierra,
veo hijitos míos, desbordarse el mar, veo hijitos míos a decenas y decenas de
millares de hijos míos ser engullidos por la tierra y por el mar.
Pero no
temáis, como ya os tengo predicho, Yo, Vuestra Madre Celestial desciendo del
cielo, aquí a esta montaña Santa y a otros muchos lugares más, de este planeta,
a dirigir y corregiros, vengo a salvaros. Por eso os digo: Abridme los ojos del
alma y los oídos también para que en este día podáis entender. Escuchad hijitos
míos: Amad el Santo Evangelio, vivid el Santo Evangelio, amad a Cristo, amad su
santa Iglesia, mi santa Iglesia, vuestra santa Iglesia. Si hacéis lo que os
pido se detendrá el tiempo de los tiempos.
Hijitos
míos y sin más por hoy, aquí en esta montaña santa, en presencia de mi Amado
Hijo Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus
secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os
amáis hijitos míos?
Ahora,
bajo este manto de gracia, uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a
los otros y amaos hijitos mío. Amaos unos a otros como os ama mi Corazón
Inmaculado.
Y en este
momento de gracia y de entrega a Dios, voy a derramar sobre vosotros una parte,
hijitos míos, una pequeña parte del bálsamo de mi Corazón Inmaculado. Los
ángeles de Dios descienden sobre vosotros bajo esta bendición.
Y en este
estado de gracia, hijitos míos y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo,
Vuestra Madre Celestial os bendigo como el Padre os bendice, por medio del Hijo
y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.