PRIMER
VIERNES: 01 – JULIO – 2016
Duodécima estación, Luz Epifanía entra
en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, hijos muy amados, en este día os doy
las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis
todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina
Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del
mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy va dirigido a todo
el planeta tierra. Hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día lo que
mis ojos ven: Veo la humanidad, a la pobre humanidad que se ha vuelto pagana y
camina sin rumbo a la perdición. Escuchad mi voz hijitos míos y haced lo que os
pido: Deteneos, deteneos, arrodillaos todos y orad unidos. Sí, hijitos míos,
orad como os tengo mandado. Ay hijitos míos, lo que se oye en la tierra, cuanto
dolor, hijitos míos, el dolor más grande de todos los dolores se está
preparando. Haced lo que os pido y no tengáis miedo.
Mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Santa
Iglesia de Cristo, sufrirá el dolor, el dolor más doloroso de todos los
tiempos. ¡Que dolor mis conventos! ¡Que dolor mis seminarios! ¡Que dolor mi
Santa Iglesia! Deteneos y escuchad y sed fieles a Cristo. Haced lo que os pido,
hijitos míos… sí
Ahora, hijitos míos, mi Amado Hijo Jesús ha
descendido del cielo a esta montaña santa. Sí, hijitos míos, acompañando
siempre a vuestra Madre Celestial. Amadle, seguidle, adoradle, haced lo que os
pide.
Jesús:
Hermanos, no temáis soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús
de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos
soy fiel a nuestras citas ¿y vosotros?
Sí, un día más he descendido del cielo de mano de mi
Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada, para daros vida, daros luz, luz
para que sigáis caminando en medio de esta oscuridad. Sí, hermanos, en este día
y en esta montaña santa, una vez más bendigo vuestros cirios con la luz de la
vida. Como ya os tengo predicho, donde haya luz, donde se encuentre un cirio
encendido, esos hogares recibirán día a día la luz de la vida. No se perderá ni
una de las almas.
Ahora os bendigo con esta gracia divina: Gloria
Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria
Patri et Filio et Spiritu Santo.
Hermanos, vuestros cirios han sido bendecidos con la
luz de la gracia, la luz de la vida. Ahora, doy paso a mi Madre Santa. Amadla,
escuchadla, haced lo que os diga.
La Stma Virgen:
Hijitos míos si supierais entender el misterio
divino, misterio divino de Dios
Abridme los ojos del alma, los oídos del alma. Si
así lo hacéis veréis la verdad de la vida y entenderéis lo que estáis
escuchando.
Sí, hijitos míos, ahora arrodillaos todos, vivid con
fe, con profundo dolor y con amor este Santo Viacrucis, orando en
cada una de las estaciones, pidiendo la conversión de todas las almas, pidiendo por mi santa Iglesia.
No estáis solos en este Santo Viacrucis, como el
todos, mi Amado Hijo Jesús y Yo, Vuestra Madre Celestial oramos von vosotros y
por vosotros. Hijitos míos, pedid la paz, pedid la paz y la conversión a esta
pobre humanidad, pedid el retorno a Cristo.
Y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, en la cima de esta montaña santa os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor?...
Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Tomaos todos de la mano y uníos todos, aceptaos
todos, amaos con la misma intensidad que os ama mi Corazón Inmaculado.
En este estado de gracia y en presencia de mi Amado
Hijo Jesús, Yo os bendigo como el Padre os bendice por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SÁBADO:
02 – JULIO – 2016
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y
espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y
en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de
humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a esta nación, vuestra nación. En
este día, hijitos míos, con profundo dolor os digo lo que mis ojos ven. Sí,
hijitos míos, mis ojos llenos de lágrimas y el corazón lleno de dolor. Veo
hijitos míos, veo a mi adversario, Satanás, fabricando una bola de fuego, odio
y violencia. Sí, hijitos míos, como ya os tengo predicho, quiere acabar con mi
Santa Iglesia y sus fieles seguidores.
Por eso hago
una llamada desde esta montaña santa a todos en general: Orad hijitos míos,
orad, orad.
Y a vosotros,
hijitos míos, que estáis aquí, en este día y en esta montaña santa, oremos
todos unidos estos quince misterios pidiendo a nuestro Padre Celestial la paz
para esta nación, sí, hijitos míos, la paz para esta nación y para toda la
humanidad. Vuestra oración será enriquecida con la presencia de mi Amado Hijo
Jesús y vuestra Madre Celestial. Oremos todos juntos, oremos unidos pidiendo la
paz, pidiendo la paz, pidiendo la paz.
Hijitos sin más
por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto una vez más,
respondedme con el corazón: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad
por ella ¿Amáis a vuestro pastor?... Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos
míos?
Ahora uníos
todos, tomaos de la mano y aceptaos mutuamente los unos a los otros.
En este estado de gracia y en la cima de esta
montaña santa, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en este día os bendigo a
todos como el Padre os bendice por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
13 – JULIO –
2016
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis
y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y
espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y
en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de
humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los sacerdotes de mi Amado
Hijo Jesús y a todo mi Ejército Blanco. Escuchad hijitos míos, escuchad y
entended lo que en este día vengo a pedir.
Sí, hijitos
míos, en este día os digo lo que mis ojos ven: Veo todo el ala norte poseída y
dirigida por mi adversario, Satanás, hijitos míos, tened cuidado, os quiere
robar la fe, quiere acabar con vuestra fe. No os dejéis engañar. En este día os
digo, hijitos míos, escuchad y entended y guardad esto y recordadlo siempre en
vuestro corazón.
Os digo a
todos: La fe, hijitos míos, es un don de Dios, la fe, hijitos míos, es el eje
de vuestras vidas. En este tiempo de la gran prueba, tened cuidado, llegarán a
vosotros con palabras dulces, pero hijitos míos más amargas que la quina.
Sed fuertes y
conservad vuestra fe. Yo hijitos míos, vuestra Madre celestial, desciendo cada
día y seguiré descendiendo a esta montaña santa a fortalecer vuestra fe. Sí,
hijitos míos, tened cuidado
En este día os
pido: Amad a Dios con toda la fuerza de vuestro corazón, con toda vuestra alma,
con todo vuestro ser. Sí, hijitos míos, todos los días de vuestra vida.
Os pido: Sed
fuertes y no tengáis miedo, Sí, hijitos míos, Yo, vuestra Madre Celestial,
estaré a vuestro lado.
Escuchad mi
voz, sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús, haced lo que os pido, subid a esta
montaña santa, subid con fe y recibiréis el don de la vida.
Ahora hijitos
míos, sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez
más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis todos?
Renunciad a todo él. Y ahora os pregunto: ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios
Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi
Santa Iglesia? ¿Vuestra Santa Iglesia? ¿La Iglesia santa de Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor?...
Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Ésta es
vuestra fe, ésta es la verdad. Amad, seguid y servid a la Santísima y Divina
Trinidad.
Tomaos todos
de la mano, aceptándoos unos a los
otros.
En este estado de gracia, en este día y en la
cima de esta montaña santa, a todos los que habéis subido con fe, en presencia
de mi Amado Hijo Jesús, Yo os bendigo como el Padre os bendice por medio del
Hijo y con su Espíritu.