PRIMER
VIERNES: 04 – AGOSTO- 2017
Novena estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la
Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es
mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en
acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este
planeta. Sí, hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día lo que mis
ojos ven. Veo a mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo, perseguida, maltratada, dividida, crucificada. ¡Qué dolor tan profundo
hijitos míos! Porque sí os digo: Este dolor irá en aumento. Por eso os pido, a
todos los que en este día habéis subido a esta montaña santa, subáis al
Calvario, ofreciendo este santo viacrucis, pidiendo y orando en cada una de sus
estaciones. Orad por mis monjas, orad por mis sacerdotes, orad por mis obispos,
orad por mis cardenales. Sí, hijitos míos, haced lo que os pido.
Y a vosotros
sacerdotes, sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús que escucháis mis mensajes, abrid
los ojos y los oídos del alma y veréis con claridad el gran peligro, el gran
dolor de todo lo que os digo que mis ojos ven.
Sin más por hoy
y en presencia de mí Amado Hijo Jesús, deseando y esperando hayáis entendido el
dolor de mi Corazón Inmaculado os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Necesito
vuestra ayuda, vuestra ayuda espiritual. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora uníos
todos, tomaos de la mano, aceptaos de corazón con nobleza, con sencillez, con
amor. Sí, hijitos míos, orad siempre los unos por los otros.
Ahora, en este
estado de gracia, mis manos entrelazadas están entre vuestras manos. Y en este
de gracia y en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de esta montaña
santa, en este día os bendigo como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y
con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
PRIMER SÁBADO:
05 – AGOSTO – 2017
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y
espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y
en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de
humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este
planeta. Hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día, lo que mis ojos
ven: Veo, hijitos míos, veo tanto dolor, veo tantas lágrimas, veo tantas vidas
perdidas que jamás podréis imaginar. Sí, hijitos míos, veo las potencias
malignas, las potencias de estas naciones preparando hijitos míos, una guerra
sangrienta, dolorosa. ¡Ay hijitos míos! Veo derramar ríos de sangre. Por eso
hijitos míos, en este día, mi corazón sangra, mis ojos lloran, al ver tanto y
tanto dolor.
Escuchadme
todos y haced lo que os pido. Os pido a esta nación y a todas las naciones:
Poneos de rodillas, hijitos míos, orad unidos. Sí, hijitos míos, si oráis
unidos detendréis estos ríos de sangre. Haced lo que os pido, arrodillaos
todos, en este día, hijitos míos, si pudierais ver lo que mis ojos ven, haríais
lo que os pido. Detened el tiempo, detened el tiempo con oración, orad por la
paz, orad por la paz, orad por la paz.
Hijitos míos,
una vez más os pido, en este día y en la cima de esta montaña santa, oréis con
la palabra, oréis con la mente, oréis con el corazón. Cuando oréis hijos míos,
pedid la paz, pedid la paz, pedid la paz.
Y sin más por
hoy, hijitos míos, en presencia de mi amado Hijo, Jesús, os pregunto una vez
más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus
obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo?
La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella ¿Amáis a
vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Uníos todos,
tomaos de la mano y aceptaos los unos a los otros, amándoos unos a otros como
os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora todos
unidos de las manos, yo uno mis manos a vuestras manos, entrelazadas están, recibid
la gracia divina que Dios, vuestro Creador, ha depositado en mis manos y en mi
corazón. Gracias Divinas.
Y ahora hijos
míos, en este estado de gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la
cima de esta montaña santa, en este día
os bendigo como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
13 – AGOSTO –
2017
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y
espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y
en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de
humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este
planeta. Sí, hijitos míos, con profundo dolor os digo, os digo a todos, en este
día lo que mis ojos ven: Veo, hijitos míos, a decenas y decenas de millares de
ángeles malignos persiguiendo a las almas, llevándolas a la perdición. ¡Ay
hijitos míos cuánto dolor! Por eso os pido en este día, me escuchéis todos,
quiero ser entendida y obedecida. Como ya os tengo predicho, este dolor irá en
aumento, por eso os pido, os vuelvo a pedir, quiero ver vuestros hogares
convertidos todos en iglesias domésticas. Sí, hijitos míos, éstas serán
marcadas con el sello divino de Dios Padre, vuestro Creador y `protegidas las
24 horas del día por los ángeles del bien, entended y obedeced.
Hijitos míos,
entended y obedeced y seréis ayudados y salvados. Sí, hijitos míos.
Y sin más por
hoy, en este día hijitos míos y en la cima de esta montaña Santa os pregunto
una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a
sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu
Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor?
Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Uníos todos,
aceptaos los unos a los otros, tomaos de la mano y amaos unos a otros como os
ama mi Corazón Inmaculado.
Y en este
momento de gracia, en la cima de esta montaña santa, Yo, vuestra Madre
celestial, pongo mis manos entre vuestras manos. Tomad esta gracia Divina, que
en este día estoy derramando sobre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este momento de gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de
esta montaña santa, Yo os bendigo a todos como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós hijitos
míos.