PRIMER VIERNES: 04– FEBRERO – 2022
Novena
estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos
no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a toda la humanidad. Sí, hijitos míos, hace un
tiempo os predije, aquí, en la cima de esta montaña santa: Mi adversario
Satanás, sigilosamente, prepara una guerra mundial. ¿Entendéis hijitos míos?
¿Entendéis lo que está ocurriendo? ¿Entendéis lo que está brotando?... ¡Qué
dolor hijitos míos! ¡Qué dolor tan profundo hay en mi corazón Inmaculado! Mi
corazón sangra por lo que mis ojos ven. Veo tanto y tanto dolor que jamás podréis
imaginar. Por eso os pido, hijitos míos, en este día, aquí, en la cima de esta
montaña santa, subáis al calvario ofreciendo este santo viacrucis, todos
unidos, en cada una de sus estaciones, orad todos con el corazón, pedid por la
paz, pedid por la paz, orad por la paz.
Como
ya os tengo predicho, hijitos míos, en esta subida al calvario, no estáis
solos, mi Amado Hijo, Jesús, Yo, vuestra Madre Celestial, oramos con vosotros y
por vosotros. Ahora hijos míos, mi Amado Hijo Jesús está a mi lado, escuchadle,
amadle, adoradle, haced lo que os pido.
Jesús:
Hermanos,
no temáis, soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el
Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos no falto a nuestras citas.
En este día desciendo del cielo, de mano de mi madre santa, vuestra Madre,
aquí, a esta montaña santa a traeros la salvación. Sí, hermanos, un día más
bendigo vuestros cirios: “Gloria Patri, et Filio et Spiritui Sancto. Gloria
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui
Sancto”.
Hermanos, vuestros cirios están bendecidos con una gracia divina para vuestros hogares. Una vez más os pido: Las veinticuatro horas del día, luzcan en vuestros hogares. Sí, hermanos, la luz divina, mi Corazón, protegerán vuestros hogares.
Ahora
hermanos, doy paso a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Amadla,
seguidla, haced lo que os pide.
La
Stma Virgen:
Y
sin más por hoy, hijitos míos y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os
pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella que en peligro está. ¿Amáis a vuestro
Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os amáis, hijitos míos?
Ésta
es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora
uníos todos, entrad bajo mi manto santo. Acercaos todos a la puerta del refugio
de mi Corazón Inmaculado. Venid a mí, hijitos míos, entrad todos, caminad
conmigo día a día bajo mi manto santo. Día a día bajo mi manto santo seréis
bendecidos y protegidos. Como ya os tengo predicho, bajo mi manto santo, camino
con todos vosotros hacia la morada santa.
Y
en este estado de gracia y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en la cima de
esta montaña santa, os bendigo en este día, hijitos míos, como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.
PRIMER SABADO: 05 – FEBRERO – 2022
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y dice a la Stma Virgen:
Hijos míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos el mensaje de hoy es de dolor y lágrimas. Va dirigido a todas aquellas mamás que no dejan a sus hijos nacer. Son sacrificados, acaban con sus vidas y no los dejan nacer. ¡Deteneos! ¡Deteneos hijas mías! Estáis cometiendo lo crímenes más horrendos y el pecado más grande, más doloroso que existe en la humanidad. ¡Dejad a vuestros hijos nacer!
Hijitas mías, hijas de mi corazón, no cometáis estos crímenes tan horrendos, que miles y miles de vosotras estáis cometiendo. Dad vida y educadlos cristianamente dentro de la iglesia, dentro de la iglesia católica, apostólica y romana. Haced lo que os pido, haced lo que os pido. No acabéis con la vida de estos angelitos.
Hijitos míos, y sin
más por hoy, en la cima de esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis
a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os
amáis, hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora uníos
todos, hijitos míos, venid a mí y entrad bajo mi manto santo. Bajo mi manto
santo, día a día seréis bendecidos y protegidos.
En
este estado de gracia, en la cima de esta montaña santa, bajo mi manto santo y
en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo os bendigo en este día, hijitos míos,
como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Ahora caminad conmigo hijitos míos. Como ya os tengo predicho, bajo mi manto santo camino día a día con todos hacia la morada santa.
Adiós Hijitos míos.
13 – FEBRERO – 2022
Cuarto misterio de Luz, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos el
mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a toda la humanidad. Escuchad y
entended. Hace un largo, largo, largo tiempo, Yo, Vuestra Madre, María
Inmaculada, en Fátima (Portugal) predije a la humanidad: Vendrá una oscuridad
grande, fuego, sangre y dolor. Sí, hijitos míos, pues con profundo dolor os
digo que el tiempo se acerca, la oscuridad, el fuego, la sangre y el dolor se
empieza a mover por toda la humanidad. Hoy os pido, hijitos míos, en este día,
os pido a todos: ¡Arrodillaos! ¡Convertíos! ¡Amaos y orad, hijitos míos como os
tengo mandado! Orad con la palabra, orad con la mente, orad con el corazón,
pero orad, hijitos míos, haced lo que os pido, haced lo que os pido y se
detendrá el tiempo doloroso
Ahora hijitos míos os pido una vez más: Dejadlo todo, todos los días citados y subid a esta montaña santa. Recibid las gracias divinas que del cielo traigo, hijitos míos. Haced lo que os pido.
Y sin más por hoy
hijitos míos y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis
a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os
amáis, hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.Que nada ni nadie os haga vacilar.
Ahora uníos
todos, hijitos míos, venid a mí y entrad bajo mi manto santo. Acercaos a la
puerta de mi Corazón, a la puerta del refugio de mi Corazón Inmaculado. Como ya
os tengo predicho, bajo mi manto santo, día a día, seréis bendecidos y
protegidos. Sí, hijitos míos, camino con vosotros bajo mi manto santo, a la
morada santa.
En este estado de Gracia, en este día citado y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús, Yo os bendigo hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.