PRIMER
VIERNES: 01 – MAYO – 2020
Octava estación del
Vía Lucis, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que, con fe y Espíritu de
oración, habéis convertido vuestros hogares en iglesias domésticas. Ahora os
pido, hijitos míos os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo por vuestros pecados y por
todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a toda la humanidad. Hijitos
míos, mis ojos lloran, mi corazón sangra, por lo que mis ojos ven: Veo a mi
adversario, satanás con su ejército maldito, en este tiempo de dolor de la gran
prueba, atacando sin piedad a mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo. Por eso os pido a todos, hijitos míos, estéis unidos,
muy unidos y este día subáis al Calvario ofreciendo este Santo Vía Lucis,
orando en cada una de sus estaciones, por mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Como ya os tengo predicho, no estáis
solos, mi Amado Hijo, Jesús y Yo, Vuestra Madre Celestial, oramos con vosotros
y por vosotros.
Ahora
hijitos míos, mi Amado Hijo, Jesús, está a mi lado: Amadle, escuchadle,
adoradle… sí hijitos míos y haced lo que os pide
Luz Epifanía:
Señor, mi Señor, no
puedo verte así, no puedo verte llagado, Señor. Señor ¿Quién te hace tanto
daño, Señor?... mi dolor es tan grande al verte así, es tan profundo… Tú me has
enseñado a amar, a amar con toda mi alma y todo mi corazón. Te amo Señor, mi
Dios, mi Rey, el Rey de mi vida, el Rey de mi amor. Déjame preguntarte Señor,
una vez más si yo soy la causa de tu profundo dolor, de tus llagas tan
profundas, Señor, no tengas reparo alguno, Señor… no, que yo no… perdona a
aquellos que te causan tanto dolor, tu amor es tan grande, el más grande del
mundo… un día más, Señor, me pongo a tu servicio, he aquí tu pequeña esclava,
bendíceme y lléname de tu gracia, Señor. Fortaléceme, Señor…
Jesús:
Hermanos,
soy Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre.
Como veis hermanos, no falto a nuestras citas. Un día más, hermanos, desciendo
del cielo a esta montaña santa, a traeros la luz y la salvación. Ahora
hermanos, bendigo vuestros cirios: “Gloria Patri, et Filio et Spiritui
Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto”.
Hermanos, vuestros cirios, en este día,
han sido bendecidos con la luz divina de la Santísima Trinidad, por eso os
pido, una vez más, luzcan en vuestros hogares con amor y santidad. Sí,
hermanos, a través de estos cirios mi luz y mi imagen estarán las 24 horas del
día, en vuestros hogares.
Ahora hermanos, doy paso a mi Madre
Santa, Vuestra Madre, María Inmaculada. Amadla, Seguidla, haced lo que os pide.
Luz Epifanía:
Señor, me duele tanto verte así, Señor
mío, Amor mío, Rey mío, perdona a los que tanto daño te causan, Señor, porque
también me lo causan a mí, porque yo al verte así, el corazón se me parte.
Verte a Ti, en ese estado y a Nuestra Santísima Madre con esas lágrimas
enrojecidas… me ahogan…
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, en este estado, en este tiempo de dolor, subamos todos al Calvario,
orando todos con fe, por mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia
Santa de Cristo.
Y sin
más por hoy, hijitos míos, os pido a todos, día a día, oréis como os tengo
mandado, oréis con la palabra, oréis con la mente, oréis con el corazón.
Y ahora
os pregunto a todos, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad,
¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra? Ayudadla y orad por ella. ¿Amáis a vuestro
Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es
vuestra fe. Ésta es la verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Y ahora
hijitos míos, en este estado de gracia, y en presencia de mi Amado Hijo Jesús,
dentro de vuestras iglesias domésticas, os bendigo en este día a todos, como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Sed
fuertes hijitos míos y orad con el corazón. No tengáis miedo, mi Corazón
Inmaculado, mi manto Santo, os acoge a todos. Sí, hijitos míos, caminad conmigo
y estad unidos.
Adiós
hijitos míos, hasta pronto. Sed fuertes.
PRIMER
SÁBADO: 2 – MAYO – 2020
Cuarto misterio de
gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que, con fe
y Espíritu de oración unidos estáis en vuestras iglesias domésticas.
En este
día os pido a todos, os inclinéis todos hijitos míos, besando el suelo en acto
de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy va dirigido a toda la humanidad. Sí, hijitos míos, en
este día os pido a todos, quiero ser entendida y obedecida. Sí, hijitos míos,
en este día os pido a toda la humanidad, multipliquéis vuestras iglesias
domésticas y día a día hijitos míos, dentro de ellas, oréis el santo rosario,
mi santo rosario, orando hijitos míos por vuestra salud, por la paz del mundo y
la conversión de todos los pecadores. Sí, hijitos míos, multiplicad vuestras
iglesias domésticas. Yo, hijitos míos, vuestra madre celestial, día a día
entraré dentro de ellas. Mis virginales pies se posarán en vuestras iglesias
domésticas, os abriré mi manto santo, os acogeré a todos, caminaré con vosotros
y día a día seréis bendecidos y protegidos
Luz Epifanía:
Señor, mi Señor, otra
vez llagado, Señor. Me parte el alma y el corazón verte así, mi Señor. Tu
sangración me ahoga, Señor, entra en mi garganta. Perdona a aquellos que tanto
daño te causan, aquellos que día a día con sus pecados te crucifican, te
llagan, perdónalos porque no saben lo que hacen, Señor. Me da tanta pena de
ellos, Señor. Me causa tanto dolor verte así.
Déjame preguntarte,
Señor, un día más, si yo soy la causa, si he hecho algo mal… ¿Qué yo no? Señor,
te amo sobre todas las cosas, a Ti y a nuestra Santísima Madre… esas lágrimas
se me clavan en el alma y en el corazón… y tus llagas Señor.
Un día más, Señor, me
pongo a tu servicio, he aquí tu pequeña esclava, bendíceme Señor y lléname de
tu gracia… eres el amor más grande de mi vida, eres el rey de mi vida, de mi
alma y de mi corazón… Señor y Tú lo sabes… Te amo tanto, mi sufrimiento día a
día va creciendo, es por aquellos que te causan tanto dolor a Ti a nuestra
Santísima Madre… Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen.
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, el dolor de esta pobre alma es tan profundo. Su dolor hijitos míos es por
amor. Día a día ora con dolor y lágrimas por todos vosotros, por toda la
humanidad.
Ahora
hijitos míos, sin más por hoy, dentro de vuestras iglesias domésticas os
pregunto una vez más:¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad, ¿Amáis mi Santa Iglesia?
Amadla, ayudadla y orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y
vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es
vuestra fe. Ésta es la verdad. Y os pido a todos: Vuestras iglesias domésticas,
os pido sean católicas, apostólicas, romanas.
Ahora
todos bajo mi manto santo y en nuestra presencia, en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, bajo su gracia Divina os bendigo hijitos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos, hasta pronto.
13 DE
MAYO DE 2020
Cuarto misterio de
gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción, que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que, con fe y espíritu de
oración, habéis convertido vuestros hogares en iglesias domésticas. Sí, hijitos
míos, en este día os pido a todos los que habitáis dentro de ellas, os
inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y
Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores
del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todo mi
Ejército Blanco y a todos vosotros que habéis convertido vuestros hogares en
iglesias domésticas. Mis virginales pies, en este día se posan en ellas y os
pido hijitos míos y os hago saber: En este día desciendo del cielo a ayudaros
hijitos míos a llevar la cruz que estáis llevando y sufriendo en este tiempo de
la gran prueba. Sí, hijitos míos, no estáis solos, sed fuertes, sed valientes.
Un día más hijitos míos, os ayudaré a todos en este tiempo de la gran prueba a
llevar la cruz. Haced lo que os pido y día a día seréis ayudados, bendecidos y
protegidos. Sí, hijitos míos, orad dentro de ellas como os tengo mandado. Orad
con la palabra, orad con la mente, orad con el corazón. Vivid día a día con fe
y con amor dentro de ellas, la Santa Eucaristía.
Luz
Epifanía:
Señor,
Tú estás aquí un día más, estás llagado, Señor. ¡Que dolor me causa verte así!
Señor mío, Dios mío, Rey mío. Eres el Rey de mi vida, de mi alma y de mi corazón.
Señor mío, cuanto dolor me causa verte llagado Señor… perdona a aquellos que
tanto dolor te causan Señor, perdónalos… sí, a Ti a tu Santa Iglesia… sí,
nuestra Santa Iglesia… Señor, déjame preguntarte un día más si yo soy la causa
de tu dolor, tus llagas, tu sangración… ¿Qué yo no?... te amo con locura,
Señor, Tú lo sabes, Tú sabes el amor que te tengo a Ti y a nuestra Stma Madre,
por eso mi dolor es tan profundo.
Un
día más me pongo a tu servicio, he aquí tu pequeña esclava, bendíceme y lléname
de tu gracia. Mi vida eres Tú, Señor. Tú eres mi vida, mi luz, mi amor… Tú y
nuestra Stma Madre… me duele tanto ver esas lágrimas enrojecidas, Madre… me
ahoga tu dolor, Señor…
La
Stma Virgen:
Hijitos míos, como ya os tengo predicho, el amor y la entrega de esta
pobre alma víctima, es tan profundo, que jamás podréis imaginar
Como ya os tengo predicho, día a día, oro con vosotros y por
vosotros. Sí, hijitos míos.
Y sin
más por hoy y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras?
¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La
Santísima y Divina Trinidad ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella que en peligro está. ¿Amáis a vuestro
Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es
vuestra fe. Ésta es la verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Ahora
hijitos míos, en este momento de gracia, un día más os acojo a todos bajo mi
manto santo y os protejo bajo mi manto santo. Día a día, seréis bendecidos y
protegidos. Y en este estado de gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús,
bajo mi manto Santo, os bendigo a todos hijitos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.