PRIMER VIERNES 5 – OCTUBRE – 2018
Novena estación, Luz Epifanía entra en éxtasis la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a mi Ejercito Blanco y a los sacerdotes de mi amado Hijo Jesús.
Hijitos míos: Con profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos
ven, veo hijitos míos, a decenas de millares, decenas y decenas de millares de
espíritus del mal, estos, hijitos míos, están invadiendo el Planeta Tierra.
Cuanto dolor están causando hijitos míos, están llevando a millares y millares de almas a la perdición,
separando hijitos míos, a familias enteras y cometiendo y haciendo cometer,
crímenes horrendos, pero mirar hijitos míos, un día más os prevengo Ejercito
Blanco, mi Ejercito Blanco, sacerdotes de mi amado Hijo Jesús, vosotros sois
sus favoritos, os prevengo una vez más, estar unidos, ayudaros mutuamente los
unos a los otros, si hijitos míos, orar unidos, haced lo que os pido, porque
cerca está, hijos míos, el día maldito que estos invadan la tierra. Si, hijitos
míos, el planeta tierra en peligro está.
Ahora os pido, hijitos míos, subáis al Calvario orando este Santo
Viacrucis, por vosotros mi Ejercito Blanco y por los sacerdotes de mi amado
Hijo Jesús. Como ya os tengo predicho, no estáis solos, mi amado Hijo Jesús y
Yo, vuestra Madre Celestial, estamos a vuestro lado y oramos con vosotros y por
vosotros.
Ahora, hijitos míos, sin nada más por hoy, esperando
me hayáis entendido y obedecido en la cima de esta Montaña Santa, os pregunto
una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo, orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os
amáis hijitos míos? Desde aquí os pido ¡Esforzaros! Y amaros unos a otros como
os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, uníos todos, tomaos de la mano, uníos todos
en cuerpo y alma, si hijitos míos y en este estado de gracia, mis manos están
unidas a vuestras manos, si, hijitos míos, en este estado de gracia y en la
cima de esta Montaña Santa, en presencia de mi amado Hijo Jesús. Yo os bendigo en
este día, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SÁBADO: 6 –
OCTUBRE – 2018
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra
en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en
este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis
subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos
míos; el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de
este planeta. Si, hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día, lo que
mis ojos ven, veo hijitos míos, a decenas y decenas de millares de almas
cometiendo entre el día y la noche, noche y día, los pecados más graves que os
podéis imaginar, sí hijitos míos, son tan graves hijitos, aún más graves que un
cáncer maligno, por eso os pido, hago una llamada desde esta Montaña Santa, a
todos los sacerdotes de mi amado Hijo Jesús, escuchéis mi voz, mi angustia,
hijitos míos, y os pido trabajéis sin descanso, salvando a estas almas
perdidas, a estas almas hijitos míos que cometen estos pecados tan graves
atraen al tiempo maligno, habrá un dolor de estos pecados tan graves, adelantan
el tiempo, el tiempo de los tiempos tan dolorosos que han de venir.
Por eso, hijitos míos, amados sacerdotes de
mi amado Hijo Jesús, día y noche, sin descanso, ayudad y salvad a estas almas
que tanto dolor con sus graves pecados van a causar.
Y sin más por hoy,
hijitos míos, esperando y deseando hayáis entendido, en presencia de mi Amado
Hijo Jesús, en la cima de esta Montaña Santa, os pregunto una vez más:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras?
¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La
Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella. ¿Amáis a
vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos? Amaos unos a
otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, uníos todos,
tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros y amaos con la misma
intensidad que os ama mi Corazón Inmaculado. Ahora mis manos, hijitos míos,
entrelazadas están en vuestras manos, y en este momento de gracia, en presencia
de mi Amado Hijo Jesús, y en la cima de esta Montaña Santa, en este día os
bendigo, hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós hijitos míos.
13 – OCTUBRE –
2018
Cuarto misterio de gozo, Luz
Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a mis almas consagradas, religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales,
escuchad todos y entended lo que en este día, con profundo dolor os vengo a
pedir. Hijitos míos; con profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos
ven, veo a mi adversario Satanás, atacando sin piedad al corazón de mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Santa Iglesia de Cristo. Si hijitos míos, a
todos os prevengo, tened cuidado, porque sus secuaces son tantos, que jamás
podéis imaginar, quieren, hijitos míos, enfrentaos los unos con los otros y
acabar con todos, por eso os pido una vez más, tened cuidado, sed mansos como
palomas, pero astutos como serpientes, porque todos, hijitos míos, estáis en
peligro
Ahora hijitos míos, mi Amado Hijo Jesús, está a mi
lado, escuchadle, amadle, adoradle,
haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús
de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre, como veis hermanos,
no falto a nuestras citas. En este día, desciendo del cielo de mano de nuestra
Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada, Descendemos del Cielo hermanos, a
traeros el amor, la gracia, la fe y la salvación. Ahora, hermanos, un día
más, bendigo vuestros cirios: “Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto”.
Hermanos,
vuestros cirios han sido bendecidos, ahora os pido, día a día, luzcan en
vuestros hogares, si hermanos, como ya os tengo predicho, mi luz y mi imagen,
las veinticuatro horas del día, estarán en vuestros hogares, haced lo que os pido, escuchad a mi Madre Santa,
vuestra Madre, María Inmaculada y haced lo que os pide.
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, sin más por hoy, deseando ser entendida y obedecida, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella, ¿Amáis a
vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos? En este día os
pido una vez más, amaos los unos a los otros, como os ama mi Corazón
Inmaculado.
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los
unos a los otros y amándoos en profundidad, como os ama mi Corazón Inmaculado.
Y ahora, en este momento de gracia, y en la cima de
esta montaña santa una vez más, mis manos, entrelazadas están a vuestras manos,
si hijitos míos. Y en este estado de gracia y en la cima de esta montaña santa
os bendigo a todos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con su
Espíritu.