PRIMER VIERNES: 06 –
JULIO – 2018
Décima estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en
este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis
subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma. y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos
los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el
mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los seguidores y servidores de
Cristo. Escuchad y entended. En este día hijitos míos, con profundo dolor os
digo lo que mis ojos ven. Veo a mi adversario, mi adversario Satanás con su
ejército maldito invadiendo el planeta tierra. Quiere hacer desaparecer el
Santo Evangelio. Sí, hijitos míos, y con profundo dolor os digo, son muchos los
que ya lo han abandonado, pero a vosotros os pido, a todos aquellos que
escucháis y seguís mis mensajes, no permitáis, no permitáis hijitos míos que os
quiten la Palabra Divina. Haced lo que os pido, quiero que todos los días de
vuestra vida leáis el Santo Evangelio, lo entendáis y lo viváis con amor, y no
permitáis que nada ni nadie os haga daño. Escuchadme, leedlo diariamente, no
abandonéis nunca. Mirad, hijitos míos, que es el tiempo de la gran prueba. Sed
fuertes y haced lo que os pido.
Hijitos míos, si pudierais entender el amor y el dolor de este pobre
alma. Tened cuidado y haced lo que os pido. Una vez más os pido, hijitos míos,
no dejéis de subir, sed fieles subiendo cada día a esta montaña santa.
Religiosas, sacerdotes, obispos, cardenales, haced lo que os pido, vais a ser
fuertemente probados en este tiempo de la gran prueba. Subid esta montaña
santa, no tengáis miedo. Yo, vuestra Madre Celestial, día a día os iré
preparando. No dejaré, hijitos míos, que caigáis en la tentación del abandono.
Ahora os pido, hijitos míos, subáis al Calvario con fe y con amor, orando todos
juntos, pidiendo en cada una de las estaciones de este Santo Viacrucis la fe,
la paz y el amor. Sí, hijitos míos, como ya os tengo predicho, no estáis solos.
Mi Amado Hijo Jesús y yo, vuestra Madre Celestial, oramos con vosotros y por
vosotros. Sí, hijitos míos, haced lo que os pido.
Y sin más por hoy, en la cima de esta montaña santa, en presencia de
mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? la Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os
amáis, hijitos míos?
Uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros. Sí,
hijitos míos, en este momento de gracia en la cima de esta montaña santa, mis
manos unidas están a vuestras manos, y en este momento de gracia y en la cima
de esta montaña santa, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, este día os
bendigo, hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós, hijitos míos.
PRIMER
SÁBADO: 07 – JULIO – 2018
Cuarto misterio, Luz Epifanía entra en éxtasis
y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a
todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa,
en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando
el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y
va dirigido a todos los habitantes de esta nación, vuestra nación. Hijitos
míos, escuchad y entended, con profundo dolor os pido y os digo en este día lo
que mis ojos ven. ¡Cuánto dolor, hijitos míos! Veo a mi adversario, sí hijitos
míos. Ha dejado en esta nación, vuestra nación, a tres de los suyos. Estos,
hijitos míos, en este tiempo de la gran prueba, os causarán tanto dolor.
¡Cuántos y cuántos hijitos míos darán la espalda a Dios! Por eso os pido, subid
todas las citas, hijitos míos, todos los días citados a esta montaña santa. A
vosotros, hijitos míos, seguidores y servidores de Cristo, como ya os vengo
anunciando seréis los más perseguidos, los más castigados, por eso os vuelvo a
llamar a todos. Sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús, subid a esta montaña santa y
día a día recibiréis las gracias divinas para no abandonar y superar el dolor
que estos causarán. Haced lo que os pido, hijitos míos, haced lo que os pido,
haced lo que os pido. Como ya os vengo anunciando, Dios Padre vuestro creador
pone en mis manos virginales, en mi Corazón Inmaculado, gracias divinas para ir
fortaleciéndoos. Dejaos preparar, hijitos míos, dejaos preparar por vuestra
Madre Celestial.
Hijitos míos, y sin más por hoy y en presencia de mi Amado Hijo Jesús,
os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? la Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra
Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro
Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os amáis, hijitos míos?
Uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros y amaos
en profundidad los unos a los otros como os ama mi Corazón Inmaculado. Ahora
mis manos, hijitos míos, están en vuestras manos. Abridme vuestros corazones,
llenaos de gracia. Sí, hijitos míos, y
en este estado de gracia y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en la
cima de esta montaña santa, os bendigo en este día como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós, hijitos míos.
13-
JULIO – 2018
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra
en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los seguidores y
servidores de Cristo. Hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día lo
que mis ojos ven. Veo con profundo dolor día a día dar la espalda a Cristo. Sí,
hijitos míos, estos son decenas y decenas de millares de hijos míos. Dan la
espalda a Cristo y entran sonrientes a tomar parte del ejército de mi
adversario. ¡Ay, hijitos míos, qué dolor tan profundo! Y en este día os digo a
los que aún seguís a Cristo: tened cuidado. Os pido hijitos míos en este día,
recéis el Santo Rosario diariamente. Sí, hijitos míos, rezad el Santo Rosario y
tened las veinticuatro horas el cirio encendido. Haced lo que os pido, hijitos
míos. Ahora, hijitos míos, mi Amado Hijo Jesús está a mi lado. Escuchadle,
amadle, seguidle, adoradle, haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos,
no temáis, soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el
Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis, hermanos, no falto a nuestras citas
aquí a esta montaña santa, ¿y vosotros? Escuchad y entended. Hermanos, subid
todos los días a esta montaña santa. Ahora, hermanos voy a bendecir vuestros
cirios: Gloria Patri, et Filio, et Spiritui
Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto.
Hermanos,
vuestros cirios han sido bendecidos con una bendición de gracia y luz para vuestros
hogares, fortaleza para vuestras almas. Ahora, hermanos, doy paso a mi Madre
Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Haced lo que os pide. Desciende del
cielo a esta montaña santa a traeros la salvación.
La Stma. Virgen:
Hijitos
míos, y sin más por hoy, en la cima de esta montaña santa os tengo que
preguntar. Sí, hijito mío, a ti te respondo. Sé fiel a Cristo y a tu
Ministerio. Como ves, hijito mío, te conozco. Haz lo que te pido, ayuda a estos
pequeños, sé humilde y trabajador. Salvarás muchas almas y así entrarás en el
Reino de los Cielos. Sí, hijitos míos, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os
amáis hijitos míos? Ésta es vuestra fe.
Ahora
uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros y amaos todos
como os ama mi Corazón Inmaculado. Mis manos, hijitos míos, entrelazadas están
a vuestras manos. Y en este momento de gracia y en la cima de esta montaña
santa, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en este día os bendigo como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.