PRIMER VIERNES: 03 – AGOSTO – 2018
Décima estación, Luz Epifanía
entra en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción.
Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe
y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi
deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto
de humildad, saludando a la Stma.y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todas
las naciones de este planeta. Sí, hijitos míos, en este día os digo con
profundo dolor lo que mis ojos ven. Veo el Vaticano y mucho dolor. Mucho dolor.
Mucho dolor, hijitos míos. Por eso es que os pido subáis al Calvario ofreciendo
este Santo Viacrucis, orando todos con fe. Orad por el Vaticano. Sí, hijitos
míos, como ya os tengo predicho, no estáis solos, mi amado hijo Jesús y yo,
vuestra Madre Celestial, oramos con vosotros y por vosotros. Sí, hijitos míos,
como ya os tengo predicho, vosotros sois pequeños pero vuestra oración es
grande, hijitos míos, es grande. Hijitos
míos, cuánto dolor hay en el alma de esta pobre alma víctima. Ora por vosotros
y con vosotros.
Sí,
hijitos míos, y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús os
pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? la Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a
vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros, ¿os amáis, hijitos míos? Amaos todos,
amaos los unos a los otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos
los unos a los otros. Ahora mis manos, hijitos míos, unidas están a vuestras
manos. En este momento de gracia, hijitos míos, abridme vuestros corazones. Sí,
hijitos míos, y en este estado de gracia y en la cima de esta Montaña Santa yo
os bendigo, hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós, hijitos míos. Hasta pronto.
PRIMER SABADO: 4 – AGOSTO – 2018
Cuarta misterio, Luz Epifanía
entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción.
Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe
y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo
y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de
humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todo mi
Ejército Blanco y a todos los sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús. Hijitos míos,
como ya os vengo anunciando, el tiempo de la gran prueba ha llegado. Este será,
hijitos míos, doloroso y sangriento. Sí, hijitos míos, para mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo, pero hoy, hijitos míos, en
esta montaña santa os pido a todos, religiosas, sacerdotes, obispos y
cardenales, abridme todos los ojos del corazón, los ojos del alma, los oídos
del alma, y entended lo que os vengo a pedir. Con profundo dolor os pido en
este día, subáis todos los días citados a esta montaña santa. Yo, vuestra Madre
Celestial, abriré para vosotros la puerta del refugio de mi Corazón Inmaculado,
os llenaré de gracias, gracias divinas, y así podréis soportar tanto dolor como
se aproxima. Haced lo que os pido, hijitos míos. Haced lo que os pido. Día a
día os iré preparando. Todo el que me escuche y me obedezca no perecerá. Así
pues, hijitos míos, en la cima de esta montaña santa os espero.
Hijitos míos, y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús
os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad
por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos
míos?
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los
otros. Sí, hijitos míos, ahora mis manos entrelazadas están en vuestras manos.
Y en este momento de gracia,en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de
esta montaña santayo os bendigo, hijitos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós, hijitos míos.
13 – AGOSTO -
2018
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía
entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todo mi Ejercito Blanco y a
todos los sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús. Sí, hijitos míos, en este día mis
ojos lloran por el dolor que está sufriendo mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Sí, hijitos míos, como ya os tengo
predicho, mi Adversario, Satanás, quiere acabar con ella. Pero hoy, hijitos
míos, vais a recibir una gran bendición. Mi Amado Hijo Jesús, está a mi lado,
amadle, escuchadle, adoradle, haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos,
no temáis, soy Jesús, Vuestro Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el
Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos, soy fiel a nuestras citas.
Aquí, en la cima de esta montaña Santa.
Ahora
hermanos, un día más voy a bendecir vuestros cirios. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Hermanos,
vuestros cirios han sido bendecidos con una gran bendición de luz, luz y vida
para vuestros hogares. Como ya os tengo predicho, a través de estos cirios, mi
luz y mi imagen estarán presentes en vuestros hogares.
Ahora
hermanos, doy paso a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Seguidla,
Amadla, haced lo que os pide
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, en este día como ya os he predicho, vais a recibir todos, los que en este
día estáis en esta montaña santa y habéis sido fieles a nuestras citas, en este
día hijitos míos, os voy a abrir la puerta del refugio de mi Corazón
Inmaculado. Ahí, vais a recibir fortaleza, crecimiento de fe y gracias divinas
para seguir adelante. Pero antes de entrar hijitos míos, os pregunto una vez
más a todos: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a
sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu
Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor?
Orad por él.
Ahora
os abro de par en par la puerta del refugio de mi Corazón Inmaculado. Entrad
todos los que estáis aquí, al pie de la montaña santa.
Luz Epifanía:
Madre, Madre ¡Nos abres tu corazón
hoy!... Para todos, déjanos entrar a todos… ¡Ay Madre como se respira aquí! ¡Ay
Madre que alegría! Cuantos ángeles, arcángeles. Déjame aquí Madre para siempre.
Yo quiero esto, Madre. ¡Qué alegría! ¡Qué gozo tan grande! ¡Ay Madre que
alegría! ¡Qué grande es! Si el mundo pudiera ver esto. Que gracia tan grande
derramas hoy para todos. ¡Qué buena eres Madre!... sí Madre, sí, me lleno mi
corazón y mi alma de esta gracia divina, de este refugio… llénanos a todos de
alegría, de gozo y de fe, haz que vaya creciendo la fe y la gracia en los
corazones.
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, todos, todos unidos, habéis entrado en este día en el refugio de mi
Corazón Inmaculado. Necesitáis esta bendición para seguir adelante y poder
soportar lo que aún está por llegar.
Y
ahora hijitos míos, llenos de gracia, fortaleza y amor, en presencia de mi
Amado hijo, Jesús, os bendigo a todos en este día, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós,
hijitos míos.