PRIMER SÁBADO: 01 – AGOSTO – 2015
Cuarto
misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña Santa, en la
cual es mi deseo y en nuestra Divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo, en acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad,
pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de este planeta. Sí, hijitos míos, un día más
os digo: Mi corazón sangra, sangra de dolor por lo que mis ojos ven. En este
día, hijitos míos, veo un gran número de almas que han abandonado a Cristo. Sí,
hijitos míos, con profundo dolor os digo: Mi amado Hijo, Jesús, es abandonado
por muchos, hasta en la Santa Eucaristía. ¿Entendéis mi dolor hijos míos?... Y
a todos éstos los veo, los veo entrando, entrando en el infierno.
Luz
Epifanía:
Madre,
¿Quién es esa gente? Veo a muchos, Madre, muchos… ¿Dónde van?... Madre, no
conozco a ninguno… son tantos. Dime donde van… ¡qué! ¡Al infierno!... No, no,
no, al infierno, no. Ahí hay mucho dolor, al infierno no, pobrecitos… Madre,
son muchos los que yo veo. Dime que tengo que hacer para librarles… ¿qué no se
puede hacer nada?... ¡Ay Madre que dolor tan grande!
La
Stma Virgen:
Hijitos míos, cuanto dolor, cuantas lágrimas
derraman mis ojos por todas estas almas que no han querido escuchar mis avisos.
Ahora, hijitos míos, mi Amado hijo, Jesús está a mi
lado, amadle, seguidle, adoradle, haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, Vuestro Jesús, Jesús
de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos
estoy en esta montaña santa, soy fiel a nuestras citas… ¿y vosotros, lo dejáis
todo por mí? Yo desciendo del cielo a esta montaña santa, de mano de mi Madre,
vuestra Madre, María Inmaculada a traeros la salvación. Ahora, hermanos, voy a
bendecir vuestros cirios: Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri
et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Una gran bendición de paz y amor, de fe, de protección,
he derramado en este día, en estos cirios. Como ya os tengo predicho, os lo
digo una vez más: En aquellos hogares que esté uno de estos cirios, no se
perderá la fe y estaréis exentos de los espíritus del mal.
Ahora hermanos, doy paso a mi Madre Santa, amadla,
seguidla, haced lo que os pide.
La
Stma Virgen:
Hijitos míos, si pudierais entender y obedecer, en
este día os pido: Leer con frecuencia el Santo Evangelio. Sí, hijitos míos, yo
desciendo a esta montaña santa, como os tengo predicho a tomaros de la mano y
deciros con amor que sigáis a Cristo.
Sí, hijitos míos, mi Corazón Inmaculado os ama
tanto.
Y sin más por hoy, hijitos míos, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo, la Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa
Iglesia? ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos
míos?
Quiero ver crecer la fe y el amor en vuestros
corazones
Y sin más, Yo os bendigo, hijitos míos, a todos los
que habéis subido en este día, a esta montaña santa, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER VIERNES: 07 – AGOSTO – 2015
Novena
estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña Santa, en la
cual es mi deseo y en nuestra Divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo, en acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad,
pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de este planeta. Hijitos míos, entre lágrimas
en este día os digo, lo que mis ojos ven: Veo a decenas y decenas de millares
de espíritus del mal. Son tantos hijitos míos, que están invadiendo la tierra.
Sí, hijitos míos, tened cuidado, con profundo dolor os digo: La Bestia Maldita
es quien los dirige, quieren acabar, quieren poseer vuestras almas. Tened
cuidado, hijos míos, quieren a los niños, a los jóvenes y mayores pero de modo
muy especial, con fuerza, quieren apoderarse y dirigir a mis almas consagradas.
¡Ay cuanto dolor hijitos míos! ¡Cuánto dolor hay en mi Corazón Inmaculado! Por
eso os pido en este día, subáis al Calvario ofreciendo con fe, con amor y
confianza este santo viacrucis, por todas las lamas que están en peligro.
Luz
Epifanía:
Madre
¿qué es eso? ¿Qué es eso que veo? ¡Son monstruos! Me da mucho miedo,
¡Apártalos! ¡Apártalos! Madre son monstruos, me da mucho miedo, apártalos, son
muchos, son muchos… ¡Detenlos!
¡Ay
Madre qué miedo! Gracias porque los has apartado. Madre dime quienes son…
¿qué?... Que son espíritus del mal… ¡pero hay tantos! Ay Madre si son
monstruos, no permitas Madre que lleguen aquí, me da mucho miedo, no he visto nunca monstruos más grandes, más
horrorosos.
La
Stma Virgen:
Hijitos míos, el corazón de este pobre alma sufre
tanto, pero es preciso que vea para que entendáis todos lo que os digo que mis
ojos ven. Un día más hijitos míos, os pido a todos, oréis con la palabra, oréis
con la mente, oréis con el corazón. Cuando oráis, hijitos míos, ellos se
alejan.
Hijitos míos, este pobre alma no es feliz en este
mundo, pero sí, hijitos míos, lo será en el otro.
Y ahora, hijitos míos, en presencia de mi amado Hijo
Jesús, os pregunto una vez más, respondedme con la palabra, con la mente, con
el corazón: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a
sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu
Santo, la Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a
vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad, que nada en
este mundo os haga vacilar.
Y ahora hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, Yo os bendigo en este día a todos los que habéis subido a esta montaña
santa, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
13 –
AGOSTO – 2015
Cuarto misterio de luz, Luz Epifanía entra en
éxtasis la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción, que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña Santa, en la cual es mi deseo y en nuestra
Divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad,
saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros
pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de
este planeta. Sí, hijitos míos, en este día mis ojos lloran, mi corazón sangra
por lo que mis ojos, entre lágrimas ven. Veo, hijitos míos, veo aproximarse el
tiempo final. Como ya os tengo predicho, será largo y doloroso, pero con
profundo dolor os digo: A lo largo de tantos años, a lo largo del tiempo,
después de haber dado tantos avisos, derramar gracias, grandes milagros aquí,
hijitos míos y en tantos lugares más como yo me manifiesto, veo hijitos míos, que
no estáis preparados, no veis porque no miráis, no entendéis porque no
escucháis. Sí, hijitos míos, vivís el día, sin pensar en mañana. Sí,
hijitos míos, llegará el día que el sol
no alumbrará la tierra: No os mováis, no salgáis de vuestros hogares hasta que
la luz del cielo alumbre vuestras almas.
Os digo, hijitos míos, os lo digo una vez más. Abrid el corazón a Cristo
y entenderéis y recibiréis la gracia y la verdad.
Hijitos
míos, y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una
vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus
obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo,
la Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro
Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es
vuestra fe, ésta es la verdad, que nada en este mundo os haga vacilar.
Ahora,
hijitos míos, abridme todos, los que habéis subido a esta montaña, abridme de
par en par la puerta de vuestros corazones, que vais a recibir una gracia
especial. Hoy vais a recibir, hijitos míos, una parte de la Luz de la Vida.
Arrodillaos todos y en este día, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os
bendigo con esta luz, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su
Espíritu.
Adiós
hijitos míos.