PRIMER SÁBADO:
01 - JULIO – 2017
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es
mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en
acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a toda la humanidad, a una
humanidad perdida, a una humanidad viviendo sin Dios. ¡Que dolor hijitos míos,
que dolor en mi corazón! Veo las potencias del mal llevando a la humanidad
entera al ateísmo, al ateísmo más profundo y maligno de todos los tiempos. Por
eso os digo, hijitos míos a todos los que en este día y todos los días de
nuestras citas escucháis mis mensajes de dolor: Orad con fe, orad como os tengo
mandado, orad con la palabra, orad con la mente, orad con el corazón.
A vosotros me
dirijo, religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales, escuchad mi llamada, no
tengáis miedo y haced lo que os pido: Subid a esta montaña santa, os espero.
Sabed hijitos míos que cada uno de estos días citados, en esta montaña santa,
Dios Padre, Vuestro Creador pone en mis manos una bendición Divina, para todos
vosotros. Si hacéis lo que os digo, veréis con suficiente claridad y sabréis
distinguir el mal del bien.
Y sin más por
hoy, deseando profundamente hayáis entendido todo este, mi mensaje y en
presencia de mi Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Ahora hijitos
míos, uníos todos, aceptaos los unos a los otros, y amándoos unos a otros como
mi corazón Inmaculado os ama, tomaos de la mano y abrid vuestros corazones al
corazón de la Santísima y Divina Trinidad.
Ahora, mis
manos están en vuestras manos y en este estado de gracia, y en esta montaña
santa, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en este día os bendigo como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y
con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
PRIMER
VIERNES: 07 – JULIO – 2017
Novena estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la
Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es
mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en
acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a mis almas consagradas,
religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales. Escuchad y entended lo que en
este día os vengo a pedir. Con profundo dolor os digo en este día, hijitos
míos, lo que mis ojos ven. Veo a mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo, en el peligro más grande de todos los tiempos. Por eso
os pido, trabajéis todos, sin descansar, las veinticuatro horas del día. Mi
adversario, Satanás, quiere acabar con ella.
Haced lo que
os pido, hijitos míos, sed fuertes, trabajad sin descanso y si alguno de
vosotros perdiera la vida, no tengáis miedo porque en verdad os digo, entraréis
en el reino de los cielos eternamente. Amaos hijitos míos, sed fuertes y haced
lo que os pido.
Hijitos míos,
a vosotros os pido, a todos los que en este día habéis subido a esta montaña
santa a ofrecer este Santo Viacrucis orando en cada una de sus estaciones con
fe y con dolor por mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo. Sí, hijitos míos.
Y sin más por
hoy, en presencia de mí Amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis
a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Ahora hijitos
míos, uníos todos, aceptándoos los unos a los otros, y amándoos unos a otros. Tomaos
todos de la mano, en este momento de gracia, mis manos entrelazadas están en
vuestras manos. Sí hijitos míos, bajo esta gracia divina, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús, en este día os bendigo a todos los que habéis subido a esta
montaña santa, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
13 – JULIO – 2017
Cuarto misterio de luz, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen
dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es
mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en
acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todo mi Ejército Blanco, presente y ausente. Hijitos míos con
profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos ven. ¡Que dolor hijitos
míos! Veo decenas y decenas de millares de hijos míos que han perdido la fe y
han entrado hijitos míos en un desierto grande y doloroso, pero no caminan
solos, con ellos caminan, hijitos míos, un gran número de sacerdotes de mi
Amado Hijo Jesús que han perdido la fe y han abandonado su ministerio y han
entrado, hijitos míos en un desierto tan grande que no tendrá fin.
Por eso a
vosotros os pido, hijitos míos, a todo mi Ejército Blanco, como ya os tengo
predicho, os vengo preparando para una gran misión, pero aún todavía no es, no
ha llegado la hora. Mientras hijitos míos, orad como os tengo mandado, orad con la palabra, orad con la mente, orad con el
corazón, amando siempre a Cristo y a su santa iglesia, mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Sí, hijitos míos, haced lo
que os pido y no tengáis miedo.
Ahora hijitos míos, mi Amado hijo Jesús, está a mi
lado, amadle, seguidle, adoradle, haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, Jesús de Nazaret, el
llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos soy fiel a
nuestras citas, sí, hermanos, un día más desciendo del cielo para todos
vosotros, de mano de mi madre santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Sí,
hermanos, estos días citados derramo sobre todos vosotros, gracias divinas. No
faltéis a nuestras citas. Día a día, os iré llenando de gracia. Si hacéis lo
que os pido, ninguno de vosotros, entrará en el desierto, desierto de dolor,
desierto sin fin.
Ahora hermanos voy a bendecir vuestros cirios:
Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Vuestros cirios hermanos, un día más han sido
bendecidos con una gracia especial, protección para vuestros hogares. Estad
siempre alerta, no perdáis la luz.
Ahora hermanos doy paso a mi Madre Santa, vuestra
Madre, María Inmaculada. Haced lo que os pide.
La Stma Virgen:
Hijitos míos, sin más por hoy, esperando y deseando
hayáis entendido este mensaje, en presencia de mí Amado Hijo Jesús, os pregunto
una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a
sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu
Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor?
Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad, que nada ni
nadie os haga vacilar.
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los
unos a los otros, amándoos intensamente como os ama mi Corazón Inmaculado.
Tomaos de la mano, mis manos hijitos míos entrelazadas están en vuestras
manos. Ahora, en este momento de gracia
y en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en la cima de esta montaña santa, yo os
bendigo como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.