PRIMER
SÁBADO: 01-FEBRERO-2020
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo, en acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad,
pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor, y va
dirigido a todo mi Ejército Blanco, mi Movimiento Sacerdotal Mariano y todos
los fieles seguidores y servidores de Cristo. Hijitos míos, mis ojos lloran, mi
corazón sangra, por lo que veo venir. Sí hijitos míos, se aproxima para mi
Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Santa Iglesia de Cristo, el dolor de
los dolores más grande, hijitos míos, que hasta ahora se ha visto. Por eso os
pido en este día a todos en general, y a vosotros hijitos míos, que en este día
habéis subido a esta montaña santa, oréis los quince misterios del Santo
Rosario, orando todos con fe por la protección de mi Santa Iglesia, vuestra
Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Sí hijitos míos, haced lo que os
pido.
Ahora hijitos míos, mi amado hijo Jesús está a mi
lado, amadle, seguidle, adoradle, haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, soy Jesús, vuestro Jesús, Jesús de
Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos, no
falto a nuestras citas. Sí, sí hermanos, ahora voy a bendecir vuestro cirios:
“Gloria Patri, et Filio et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui
Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto”.
Vuestros cirios han sido bendecidos en este día con
una gracia especial. Haced que luzcan en vuestros hogares y, através de ellos,
mi luz y mi imagen estarán presentes en vuestros hogares. Ahora doy paso a mi
madre santa, María Inmaculada, vuestra Madre. Amadla, escuchadla y haced lo que
os pide.
La Stma. Virgen:
Hijitos míos, y sin más por hoy, en la cima de esta
montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿La Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella.
¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. ¿Y vosotros os amáis, hijitos míos? Esta
es vuestra fe, esta es la verdad.
Ahora uníos todos, hijitos míos, tomaos de la mano.
Aceptaos los unos a los otros y amaos en profundidad como os ama mi corazón
inmaculado. Ahora mis manos, hijitos míos, entrelazadas están a vuestras manos.
Ahora os atraigo a todos, despliego mi manto santo y os acojo a todos los que
en este día habéis subido a esta montaña santa. Sí hijitos míos. Y en este
estado de gracia, y en presencia de mi amado hijo Jesús, os bendigo en este día
hijitos míos como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER VIERNES: 7 – FEBRERO –
2020
Décima estación Luz Epifanía entra en éxtasis y dice
a la Stma Virgen:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. Y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy, es de dolor y va
dirigido a todo mi Ejército Blanco, presente y ausente y a todos los fieles y
seguidores de Cristo. Escuchad y entended lo que en este día os vengo a pedir:
Hijitos míos en este tiempo de la gran prueba, prueba dolorosa y sangrienta,
tengo una misión, sí hijitos míos, descender aquí, a esta montaña santa, todos
los días citados, tomaos de la mano, acogeos bajo mi manto santo y caminar con
vosotros por el camino de la gracia. Sí, hijitos míos, el camino que Dios os ha
marcado al encuentro con vuestro Dios, Dios Padre, vuestro Creador. Sí, hijitos
míos, escuchad mi llamad y subid todos los días citados a esta montaña santa.
Hijitos míos, en este día os pido, en la subida al
calvario, subáis todos orando unidos con fe y con amor, pidiendo en cada una de
sus estaciones por la protección de mi santa iglesia, vuestra santa iglesia, la
iglesia santa de Cristo que en peligro está. Como ya os tengo predicho, no
estáis solos, mi Amado Hijo Jesús, Yo, Vuestra Madre Celestial, María
Inmaculada, oramos con vosotros y por vosotros.
Y sin más por hoy y en la cima de esta montaña santa
y en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad, ¿Amáis mi Santa Iglesia? Orad por ella ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad
por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Amaos todos unos a otros como os ama mi Corazón
Inmaculado.
Ahora, uníos todos, tomaos de la mano, ahora, mis
manos hijitos míos, entrelazadas están en vuestras manos. Y ahora despliego mi
manto santo y os acojo a todos, a todos los que en este día habéis subido a
esta montaña santa. Caminad conmigo, día a día seréis bendecidos y protegidos.
Sí hijitos míos
Y en este estado de gracia, en la cima de esta
montaña santa y en presencia de mi amado Hijo Jesús, os bendigo en este día,
como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós, hijitos míos. Adiós
13 – FEBRERO – 2020
Cuarto misterio de luz, Luz Epifanía entra en
éxtasis y dice a la Stma Virgen:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo
en acto de humildad, saludando a la Stma. Y Divina Trinidad, pidiendo perdón
por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy, es de dolor y va
dirigido a todos los fieles y seguidores de Cristo. Sí, hijitos míos, en este
día, mis ojos lloran, mi corazón sangra por lo que mis ojos ven. Hijitos míos,
veo decenas y decenas de millares de hijos míos dando la espalda a Cristo y a
su Santa Iglesia, mi Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Sí, hijitos
míos, en este tiempo de la gran prueba, un dolor irá en aumento, sí, hijitos
míos, porque todos estos que abandonan a Cristo y a su Santa Iglesia, mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, son tomados de la mano por mi Adversario,
Satanás y conducidos al abismo más grande y doloroso de todos los tiempos.
A vosotros os digo, hijitos míos, fieles seguidores
y servidores de Cristo, seguid siendo fieles pase lo que pase, no tengáis
miedo, Yo vuestra Madre celestial, María Inmaculada, estaré con vosotros, os
tomaré de la mano y os acogeré a todos bajo mi manto santo. Religiosas,
sacerdotes, obispos y cardenales, un día más os pido, subid a esta montaña
santa y os tomaré de la mano y os protegeré.
Sed fuertes y haced lo que os pido. Amad a Cristo,
seguid a Cristo, adorad a Cristo y s su Santa Iglesia, mi Santa Iglesia,
vuestra santa Iglesia… sí, hijitos míos.
Y sin más por hoy, en la cima de esta montaña santa,
en presencia de mi amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a
Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad, ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os
amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra ve, esta es la verdad.
Ahora, uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los
unos a los otros, amándoos todos como os ama mi Corazón Inmaculado.
Hijitos míos, mis manos, entrelazadas están en
vuestras manos. Ahora despliego mi manto santo y os acojo a todos los que en
este día habéis subido a esta montaña santa.
Y en este estado de gracia, en presencia de mi amado
Hijo Jesús y en la cima de esta montaña santa, os bendigo hijitos míos, en este
día, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.