Duodécima estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la
Stma Virgen dice:
Hijos míos
no temáis soy vuestra Madre la Purísima Concepción, que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias, a todos los que con fe, y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia, os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la
Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados, y por todos
los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y
va dirigido a mis almas consagradas, religiosas, sacerdotes, obispos y
cardenales. En este día, desde esta montaña Santa, quiero hacer llegar este
mensaje, este mensaje de dolor a todos vosotros: Mi adversario Satanás, entre
lágrimas os digo lo que mis ojos ven, está mandando más emisarios a parroquias,
conventos, comunidades, pero no son de paz, hijitos míos. Tened cuidado, son
entendidos, sabios y poderosos. Tened cuidado, hijitos míos, a quien dejáis
entrar a vuestros conventos, a vuestras parroquias, a vuestras comunidades. En
este día os pido a todos: Sed mansos como palomas pero astutos como serpientes.
Quieren hijitos míos, borrar el nombre de Dios de vuestros corazones.
Luz Epifanía:
Señor, mi Señor, estas llagado… Tus llagas me ahogan, Señor,
tu dolor entra en mi corazón. El dolor de tus llagas entra en mi corazón y en
mi garganta. Ayúdame, ayúdame Señor, déjame limpiarte ese dolor, déjame
acercarte a mí. Nuestra Madre llora por lo que sus ojos ven… ¿y Tú que ves
Señor? Dime quien te hace esto Señor, quien te hace estas llagas tan profundas,
tan dolorosas.
Ayúdame Señor, me ahogo, ayuda a esta pequeña esclava
que se enamoró de ti, Señor el día que te conoció. Vivo solo para ti, Señor, y
para nuestra Madre Santa
La Stma Virgen:
Hijitos míos,
si pudierais entender y valorar el sufrimiento de este pobre alma víctima, este
alma fue elegida, para Yo, vuestra Madre Celestial y mi Amado Hijo Jesús, a
través de ella comunicarme con todos vosotros. Sí, hijito mío, así es.
Esperando
hijitos míos, almas consagradas, entendáis este mensaje, este aviso mío, y
sepáis entender mis palabras.
En presencia
de mi Amado Hijo Jesús, a todos os tengo que preguntar: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis
a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a
vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros
¿os amáis hijitos míos?
Quiero ver
crecer el amor en vuestros corazones. Sí, el amor y la oración. Como ya os
tengo predicho, y a ti te respondo en especial: Cuando el hombre ora, Dios
escucha, le llena de gracia, le bendice.
Y sin más,
hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo, Vuestra Madre Celestial,
os bendice en este día por medio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Adiós
hijitos míos.
PRIMER
SÁBADO 07-DICIEMBRE-2013
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis
y la Stma Virgen dice:
Hijos míos,
soy vuestra Madre, no temáis hijitos míos, soy la Purísima Concepción, que la
paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias, a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis suido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia, os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la
Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados, y por todos
los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy va dirigido a todo mi Ejército Blanco, presente y
ausente. Sí, hijitos míos, escuchad y entended lo que en este día os vengo a
pedir: Estad todos unidos, unidos en la oración, mi adversario Satanás, como ya
os tengo predicho, en este tiempo en que la tierra se oscurece, la está
llenando de espíritus malignos. Pero a vosotros os digo, hijitos míos: No
temáis, Yo, Vuestra Madre Celestial, soy la Reina del Santo Rosario, soy
Vuestra Capitana, soy la Reina de vuestros hogares, la Reina de vuestros
corazones. Desciendo del cielo cada día y os voy guiando, os voy protegiendo…
sí hijitos míos, os protejo de todo mal.
Luz Epifanía:
Señor, Señor, esa corona de espinas, Señor esa sangre
que recorre tu frente, se me clava en mi garganta y en mi corazón. Señor,
Señor, ponme tu corona de espinas y descansa tú. Haz lo que te pido, Señor, yo
me inclino ante ti… ¡Ay Señor quien te hace esto! Señor, perdónalos porque no
saben lo que hacen, perdónalos.
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, el amor de este pobre alma, el amor a mi Amado Hijo Jesús es tan grande,
hijitos míos, que como podéis ver, le ha pedido su corona de espinas… sí,
hijitos míos, ayudadla, su corazón sufre tanto y es por amor.
Hijitos
míos, y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto una
vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus
obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo,
la Santísima Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos
míos?
Os pido una
vez más: Quiero y os `pido en este tiempo de oscuridad, se conviertan vuestros
hogares en iglesias domésticas.
Y sin más,
hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo os bendigo en este
día, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.
13 –
DICIEMBRE – 2013
Cuarto misterio de dolor: Luz Epifanía entra en
éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos
no temáis soy vuestra Madre la Purísima Concepción, que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias, a todos los que con fe, y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia, os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la
Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados, y por todos
los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y
va dirigido a todos los habitantes de este planeta. Hijitos míos, en este día,
mi corazón sangra, está lleno de espinas por lo que mis ojos ven. Veo a mi
adversario Satanás, marcando a las almas. Sí hijitos míos, está marcando a
tantas almas que jamás podréis imaginar. Las marca en la frente con el 666. ¡Ay
hijitos míos que dolor!
Por eso os
pido a todos: Retroceded a Cristo, amad a Cristo, adorad a Cristo. Sí, hijitos
míos, haced lo que os pido. Orad con la palabra, orad con la mente, orad con el
corazón. Hace un tiempo os predije y hoy os lo vuelvo a pedir: Quiero, hijitos
míos, que antes de la primera cita, aquí, en esta montaña santa, paséis todos
por el sacramento de la confesión. Quiero hacer llegar mi palabra a todos los
corazones. Ahora hijitos míos, mi Amado Hijo, Jesús está a mi lado, escuchadle,
haced lo que os pide.
Jesús:
Hermanos, Yo
soy Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre.
Como veis hermanos no falto a nuestras citas ¿y vosotros? Yo desciendo del
cielo de mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada, a llenaros de
gracia… sí hermanos, derramo en este día sobre toda esta montaña santa, una
gracia especial. Cae sobre todos vosotros un rocío mañanero. Sí, hermanos,
descendemos del cielo para traeros la salvación. Ahora hermanos, bendigo
vuestros cirios: Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio
et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Haced que
estos cirios luzcan en vuestros hogares. En aquel hogar donde alumbre uno de
estos cirios, mi Luz y mi Imagen estará presente día y noche. Y como ya os
tengo predicho, las fuerzas del mal no cruzarán vuestros umbrales. Ahora, doy
paso a mi Madre Santa.
La Stma Virgen:
Hijitos míos,
y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os digo una vez más:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras?
¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo, la
Santísima Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos
míos?
Amaos todos,
orad unidos y jamás seréis vencidos. Mi Corazón Inmaculado os guía y protege.
Y ahora,
hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo os bendigo a todos los
que estáis en esta montaña santa, como el Padre os bendice, por medio del Hijo
y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.