miércoles, 25 de mayo de 2016

Mensajes Virgen Mayo 2016

PRIMER VIERNES: 06 – MAYO – 2016

Séptima estación del Víalucis, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos,  no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este planeta. Sí, hijitos míos, en este día, escuchad todos y poned atención en lo que os vengo a pedir.
A lo largo de todo este tiempo, un largo, largo tiempo vengo deteniendo el dolor más doloroso de todos los tiempos. Sí, hijitos míos, pero ha llegado el tiempo de la gran prueba. Escuchad lo que os voy a pedir. Con lágrimas en  mis ojos y una espada clavada en mi corazón, os digo, hijitos míos, entre lágrimas y rota de dolor: Decenas y decenas de millares de hijos míos, caerán y no se levantarán. Por eso es que os pido: Orad este Santo Víalucis con fe y con amor, pidiendo en cada una de sus estaciones a vuestro Padre Celestial, detenga la ira de su adversario y reine la paz, reine la paz y reine la paz.
Ahora hijitos mío, mi Amado Hijo Jesús, está a mi lado. Escuchadle, amadle, adoradle, poned atención a lo que os pide.

Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis, hermanos, mi amor es tan grande por todos vosotros, soy fiel a nuestras citas. De mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada, desciendo del cielo a traeros la luz y la salvación.
Ahora hermanos, voy a bendecir vuestros cirios, con una bendición especial. Gloria Patri, et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri, et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri, et Filio et Spiritu Santo.
Hermanos, vuestros cirios han sido bendecidos con una luz especial. Recordad todos, hermanos, lo que os voy a pedir. En cada uno de estos cirios va mi luz, mi luz y mi bendición para vuestros hogares.
En este día os digo: Allí donde luzcan permanentemente, ningún miembro de esa familia se perderá. Por difícil que lo veáis, en el último momento, Yo, hermanos, estaré a vuestro lado, os tomaré de la mano y no os dejaré. Conmigo y con mi Madre Santa, entraréis en el Reino de los Cielos.
Ahora hermanos, doy paso a mi Madre Santa, amadla, seguidla, todos los días de vuestra vida, tenedla en vuestro corazón.

La Stma Virgen:
Hijitos míos, sin más por hoy en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor?... Orad hijitos míos, orad como os tengo mandado. Orad por mi Santa Iglesia, orad hijitos míos, orad por todos los sacerdotes de mi Amado Hijo Jesús. Sí, hijitos míos, orad por vuestro Pastor
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros amándoos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, en este estado de Gracia y en la cima de esta montaña santa, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, yo os bendigo, hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos. No olvidéis mis avisos



PRIMER SÁBADO: 07 – MAYO – 2016

Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos,  no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día, os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este planeta. Escuchad hijitos míos, escuchad y entended lo que en este día os vengo a pedir. Sí, hijitos míos, en este tiempo de la gran prueba, prueba dolorosa, dolorosa y sangrienta, os vengo a decir: Mis ángeles de luz, en este tiempo, este tiempo de dolor, están esparcidos por todo el planeta tierra. Sí hijitos míos, están tomando de la mano a los elegidos, estos vendrán a mí, a mi Corazón Inmaculado y entrarán a formar parte de mi Ejército Blanco. Como ya os tengo predicho, mi Ejército Blanco será grande y poderoso. Por eso en este día os pido a todos en general, subáis con fe a esta montaña santa, Yo, Vuestra Madre Celestial os espero cada día, cada día citado, en este tiempo de la gran prueba, prueba de dolor. Yo, Vuestra Madre Celestial, os abriré con frecuencia, aquí en esta montaña santa, la puerta del refugio de mi Corazón Inmaculado. Entraréis y os fortaleceréis, os llenaréis de gracia. Sí, hijitos míos, todos los que obedezcáis lo que os pido, entraréis a formar parte de mi Ejército victorioso.
Así pues, hijitos míos, desde esta montaña santa en este día, hago una llamada a vosotros, hijitos míos, sacerdotes de mi amado Hijo Jesús. Subid con frecuencia, haced lo que os pido, no tengáis miedo, Yo, Vuestra Madre Celestial os protegeré.
Hijitos míos, si pudierais entender a esta pobre alma víctima. Como yo os tengo predicho, fue elegida por vuestro Padre Celestial, para Yo, hijitos míos, María Inmaculada y mi Amado Hijo Jesús, a través de ella, de su dolor y de sus lágrimas, poder comunicarnos con todos vosotros
Y ahora hijitos míos, sin más por hoy en presencia de mi Amado Hijo Jesús y aquí en la cima de esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor?... Orad por él.
Y ahora, hijitos míos, en este estado de gracia, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros, amándoos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado. Yo, Vuestra Madre Celestial, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os bendigo en este día como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
 Adiós hijitos míos


13 – MAYO – 2016

Cuarto misterio de Gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis y  la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, hijos muy amados, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes del planeta tierra. Hijitos míos, con profundo dolor os digo en este día lo que mis ojos llenos de lágrimas ven: Veo hijitos míos, decenas y decenas de millares de espíritus del mal, esparcidos por todo el planeta tierra. Hijitos míos, estos van conducidos por mi adversario Satanás. Con profundo dolor os digo, seducen a los niños, a los jóvenes, a los mayores, por eso os pido en medio de tanto peligro, no permitáis que se apague la luz, la luz del cirio en vuestros hogares. Pero ahora hijitos míos, en este día y en esta Montaña Santa, voy a bendecir contra las fuerzas del mal, todos vuestros objetos, bendigo, escapularios, rosarios, crucifijos, todo aquello que tenéis en vuestras manos y lleváis colgado al cuello.
 Si, hijitos míos, pero antes, escuchad este pobre alma, su sufrimiento de esto que hoy os digo, lo que mis ojos ven, a ella le voy a mostrar.
Luz Epifanía:
Madre, ¿Qué es esto? ¡Estos son espíritus del mal, Madre! ¡Madre, pero aquí no pueden entrar, aquí no! Pero veo como se estrellan  Madre contra las vallas, vallas divinas que tú tienes puestas en esta Montaña Santa. ¡Pero cuantos hay Madre! Pero cuantos hay y que horribles que son. Que miedo Madre ¡Protégenos Madre! Danos los medios para librarnos de ellos Madre. Madre, concédeme esta gracia. Hay, cuántos son, se estrellan, se funden y caen al suelo ¡Que terrible es esto! Ayúdanos Madre, Ay Señor, ayúdanos.
La Stma. Virgen:
Hijitos míos, es preciso que este pobre alma, vea una pequeña parte de los espíritus del mal, pero no tengáis miedo, porque aquí estáis protegidos.
Ahora, hijitos míos, mostradme vuestros objetos que van a ser bendecidos contra las fuerzas del mal, si hijitos míos.
Luz Epifanía:
¡Madre!¡Ay, Que alegría Madre! Ahora ya no veo espíritus malos, solamente veo ¡Ay Madre! Que alegría, ahora, rosarios, escapularios, medallas, crucifijos ¡Ay, cuantos veo Madre! ¡Bendícelos Madre! Bendícelos contra esos malignos espíritus que yo he visto.
La Stma. Virgen:
Hijitos míos: En este momento, en este día y en esta Montaña Santa, antes de la bendición, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo, vuestra Santa Iglesia? ¡Orad por ella! ¿Amáis a vuestro Pastor? ¡Orad por él!
Ahora, en este estado de gracia, mostrándome todo cuanto os he pedido. Os bendigo, en presencia de mi amado Hijo Jesús, con esta gracia especial traída del Cielo en este día para vuestra protección. Abridme los corazones:
Os bendigo, os bendigo, os bendigo a todos y cuanto tanto me estáis mostrando, como el Padre os bendice en este momento, por medio del Hijo gloria del Espíritu Santo.
Hijitos míos, todos habéis sido bendecidos, con lo que me habéis mostrado en vuestras manos, rosarios, escapularios, crucifijos y vuestras almas, no tengáis miedo y decid todos conmigo:
¡Señor, hágase en mí, según tu palabra! ¡Señor, hágase en mí, según tu palabra! ¡Señor, hágase en mí, según tu palabra!

Bajo esta gracia divina, que del Cielo habéis recibido, no os digo Adiós, estoy con vosotros, hasta que salga el último de esta Montaña Santa. Estáis todos bajo mi bendición divina. Dad gracias a vuestro Dios, a vuestro Padre Celestial, que es quién os manda todo para vuestra salvación.