PRIMER VIERNES: 04 - OCTUBRE
– 2024
Novena estación del Viacrucis, Luz
Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que, con fe y espíritu de oración, habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos el mensaje de hoy es de dolor,
de profundo dolor y va dirigido a toda la humanidad. Hijitos míos, en este día
mi corazón sangra por el dolor tan profundo, tan profundo, que mis ojos ven.
Hace un tiempo, os vengo avisando de tanto y tanto dolor. Cómo día a día,
hijitos míos se extiende a la humanidad. Con profundo dolor, hijitos míos, os
hago saber en este día: El fuego maldito se extiende día a día por toda la
humanidad. Las guerras malditas toman fuerza día a día, se extienden
rápidamente y el dolor de los dolores crece y crece sin parar.
Por eso os pido hijitos míos: Arrodillaos
todos y orad hijitos míos como os tengo mandado. Orad con la palabra, orad con
la mente, orad con el corazón y haced lo que os pido. Haced lo que os pido
porque el fuego se extiende rápida, muy rápidamente. Orad.
Uníos todos, hijitos míos, todos los que
en este día sois fieles a nuestras citas y habéis subido con fe y con amor a la
cima de esta montaña santa. Uníos todos, hijitos míos y entrad bajo mi manto
santo, subiendo este santo Viacrucis, orando, hijitos míos, en cada una de
estaciones. Orad por la paz, orad por la paz, orad por la paz. En esta subida
al Calvario no estáis solos, mi Amado Hijo, Jesús, Yo, Vuestra Madre Celestial,
María Inmaculada, oramos con vosotros y por vosotros. Haced lo que os pido
Ahora
todos bajo mi manto santo, en la cima de esta montaña santa y en presencia de
mi Amado Hijo, Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Amadla, ayudadla, orad por ella. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Y
ahora todos, bajo mi manto santo. Entrad todos, aproximaos todos a la Puerta
del Refugio de mi Corazón Inmaculado.
A todos he acogido bajo mi manto santo.
En este estado de gracia y en presencia de
mi Amado Hijo Jesús, bajo mi manto santo, hijitos míos, os bendigo en este día
como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Camino con todos bajo mi manto santo hacia
la morada santa. Bajo mi manto santo, hijitos míos, día a día, seréis
bendecidos y protegidos.
Adiós hijitos míos. Hasta pronto.
PRIMER SABADO: 05 – OCTUBRE
– 2024
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y dice a la Stma Virgen:
Hijos míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros. Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo entero.
Hijitos
míos el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todo mi Ejército Blanco y a
todo mi Movimiento Sacerdotal Mariano. Hijitos míos, os llamo, os llamo y os
vuelvo a llamar, pero no entendéis, no queréis entender lo que día a día os
vengo a pedir. Hijitos míos, con profundo dolor os pido en este día, estéis
unidos, muy unidos. El tiempo se aproxima, el tiempo no corre, el tiempo vuela,
hijitos míos y a todos os hago saber el dolor tan profundo que mis ojos ven.
Por eso hijitos míos, haced lo que os pido. Quiero salvaros hijitos míos, de
tanto y tanto dolor. Tanto y tanto dolor, hijitos míos, como se aproxima. A
todos os llamo, quiero ser entendida y obedecida. Seáis fieles hijitos míos y
subáis todos los días citados, todos los días citados, todos los días citados,
hijitos míos, a la cima de esta montaña santa. Os quiero a todos hijitos míos
bajo mi manto santo. ¿Lo habéis entendido? A todo mi Ejército Blanco y a todo
mi Movimiento Sacerdotal Mariano. A todos os pido: Dejadlo todo y subid a la
cima de esta montaña santa. Entrad bajo mi manto santo, entended hijitos míos,
que os quiero salvar. A todos quiero salvaros.
Y sin más por hoy,
en presencia de mi Amado Hijo, Jesús y en la cima de esta montaña santa os
pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Amadla, ayudadla, orad por
ella ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Y sin más por hoy, en la cima de esta montaña santa y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús, bajo mi manto santo, Yo os bendigo hijitos míos, en este día, a todos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos. Hasta pronto.
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis y dice a la Stma Virgen:
Hijos
míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros. Hijitos míos, en este día os doy las
gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os
inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y
Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores
del mundo.
Hijitos míos el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos aquellos sacerdotes de mi Amado Hijo, Jesús, que están enfrentados. Deteneos hijitos míos, deteneos. No causéis más dolor a mi Corazón Inmaculado. Deteneos y amaos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado. No me causéis más dolor y haced lo que os pido. En este día os pido, hijitos míos, meditéis día a día en vuestros corazones, vuestro santo ministerio y cumpláis vuestro santo ministerio de principio a fin. No me causéis más dolor y haced lo que os pido, haced lo que os pido.
Ahora
hijitos míos, mi Amado Hijo, Jesús, está a mi lado. Amadle, escuchadle. Y haced
lo que os pide.
Jesús:
Hermanos
no temáis, soy Jesús, vuestro Jesús, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del
Padre. Como veis hermanos, no falto a nuestras citas. ¿Y vosotros? Dejadlo todo
y escuchad a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada.
Ahora,
hermanos, bendigo vuestros cirios: Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui
Sancto.
Hermanos,
vuestros cirios un día más son bendecidos con una gracia especial. Estos
cirios, hermanos, os pido una vez más, luzcan en vuestros hogares las
veinticuatro horas del día. Mi luz y mi Imagen, día a día, estarán presentes en
vuestros hogares.
Ahora
escuchad a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Amadla, escuchadla,
haced lo que os pide día a día.
Ahora
hermanos, doy paso a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada.
Y sin más por hoy,
hijitos míos en la cima de esta montaña santa y en presencia de mi Amado Hijo,
Jesús, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus
secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Amadla, ayudadla,
orad por ella ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis
hijitos míos?
Ésta es la verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Ahora en este estado de gracia, en este estado de gracia divina, bajo mi manto santo y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús y en la cima de esta montaña santa, os bendigo a todos, hijitos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos. No olvidéis mis avisos. Hasta pronto.