PRIMER
VIERNES: 04 - JULIO – 2025
Novena estación del Viacrucis, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos no temáis, soy Vuestra Madre, la Purísima
Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de dolor habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo entero.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y
va dirigido a todos los habitantes de esta nación, vuestra nación. Hace un
largo, largo tiempo, hijitos míos, esta nación, vuestra nación, vivió una
guerra maldita y cruel. Fue tan dolorosa que jamás la juventud de ahora puede
imaginar. Con profundo dolor, hijitos míos, en este día, a todos os hago saber:
Mi Adversario, Satanás, está tejiendo día a día una guerra de mucha maldad.
Será tan dolorosa, tan cruel, que jamás podréis imaginar. Por eso os pido en
este día, hijitos míos: Abridme los oídos del alma, los ojos del corazón y
entended hijitos míos lo que con tanto y tanto dolor, en este día doloroso, os
hago entender.
Ahora os pido, hijitos míos, a todos
los que en este día habéis sido fieles y habéis atendido mi llamada, subáis al
Calvario orando en este Santo Viacrucis. En cada una de sus estaciones,
arrodillaos todos, pidiendo todos con el alma y el corazón la paz para esta
nación, la paz para esta nación. En esta subida al Calvario no estáis solos, Mi
Amado Hijo, Jesús, Yo, Vuestra Madre, María Inmaculada, oramos con vosotros y
por vosotros. Oremos todos, oremos todos y detengamos con la oración divina
todo el dolor que mi Adversario día a día está tejiendo para destruir esta
nación. Oremos todos, oremos todos, hijitos míos, oremos todos.
Ahora, hijitos míos, abro mi manto
santo. En esta subida al Calvario, entrad todos bajo mi manto santo y oremos
todos unidos cada una de estas estaciones, por la paz de esta nación, vuestra
nación. Todos, bajo mi manto santo, aquí en la cima de esta montaña santa.
Uníos todos en la oración.
Y en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, en este día os pido: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces?
¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios
Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia,
vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Amadla, ayudadla, orad por
ella. ¿Amáis a vuestro pastor? Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la
verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar. Sí, hijitos míos, que nada ni nadie
os haga vacilar.
Ahora todos, hijitos míos, entrad
todos bajo mi manto santo. Acercaos todos, hijitos míos, a la Puerta del
Refugio de mi Corazón Inmaculado. Sí, hijitos míos, entrad todos. Y en este día
os digo: Bajo mi Corazón Inmaculado, orad todos, orad todos unidos, orad todos
unidos. Detened a nuestro enemigo.
Ahora, hijitos míos, caminemos todos
día a día hacia la morada santa. Y no olvidéis nunca lo que en este día os he
pedido. Amaos todos como os ama mi Corazón Inmaculado.
Adiós hijitos míos, hasta pronto.
PRIMER
SABADO: 05 – JULIO – 2025
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros. Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje es de dolor,
sí, hijitos míos, de dolor. Mis ojos lloran, mi corazón sangra por lo que mis
ojos ven.
Hijitos míos, en este día os hago
saber a todos el dolor tan profundo que siente mi corazón al ver a tantos y
tantos y tantos hijos míos, día a día, entrar en el infierno. ¡Son tantos!
hijitos míos, ¡Son tantos y tantos que jamás podréis imaginar! Unos vivieron
sin fe en su vida, otros perdieron la fe y día a día cometían, hijitos míos,
los pecados más graves que podéis imaginar. Entendedme todos, hijitos míos,
entendedme todos. Todos aquellos, hijitos míos, que en este tiempo de la Gran
Prueba, habéis perdido la fe, retroceded hijitos míos, aún estáis a tiempo. He
aquí que yo vengo, hijitos míos, día a día desciendo del cielo de mano de mi
Amado Hijo, Jesús, a traeros la salvación. Escuchadme, hijitos míos, me
manifiesto aquí y en otros tantos y tantos lugares santos de la humanidad.
¡Deteneos! Venid día a día a todos los lugares santos. En este día, hijitos
míos, como ya veis, aquí me manifiesto, en la cima de esta montaña santa, a
traeros la salvación. ¿Lo habéis entendido hijitos míos? Os amo tanto. Por eso
hijitos míos, de tanto y tanto dolor, como mis ojos ven, mi corazón sangra
Y ahora, hijitos míos, sin más por hoy, venid todos a Mí, hijitos míos y entrad bajo mi manto santo. Mi manto es inmensamente grande, grande. Aproximaos todos hijitos míos, a la Puerta del Refugio de mi Corazón Inmaculado.
Y en este estado de gracia divina,
con todos bajo mi manto santo y en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto
una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Amáis a Dios
Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo? Amadla, ayudadla, orad por ella. ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la
verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Ahora todos, bajo mi manto santo, una vez más os vuelvo a decir: Día a día, bajo mi manto santo, seréis bendecidos y protegidos. Camino con todos, bajo mi manto santo, hacia la morada santa. ¿Lo habéis entendido hijitos míos? Haced lo que os pido. Haced lo que os pido. Dejadlo todo y no faltéis a nuestras citas. Seréis protegidos.
Adiós hijitos míos. Hasta pronto.
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros. Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa, en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos el mensaje de hoy va
dirigido a todos los hombres jóvenes, hombres jóvenes de toda la humanidad. En
este día os hago saber a todos, hijitos míos, escuchad y entended lo que en
este día os vengo a pedir: Mi Santa Iglesia, Vuestra Santa Iglesia, la Santa
Iglesia de Cristo, necesita, hijitos míos muchos sacerdotes santos. Por eso os
pido en este día: Convertíos, entrad al seminario y estudiad las leyes divinas
y convertíos todos en sacerdotes santos. Haced lo que os pido, hijitos míos, mi
Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo necesita en
este tiempo, hijitos míos, está muy necesitada de sacerdotes. ¿Lo habéis
entendido hijitos míos? Haced lo que os pido. Haced lo que os pido. Quiero
sacerdotes santos. Quiero sacerdotes santos para mi Santa Iglesia, Vuestra
Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo.
Hijitos míos y sin más por hoy en la
cima de esta montaña santa, en presencia de mi Amado Hijo, Jesús, os pregunto
una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a
sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu
Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa
Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Amadla, ayudadla, orad por ella. ¿Amáis a
vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿Os amáis hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la
verdad. Que nada ni nadie os haga vacilar.
Amaos todos hijitos míos, amaos todos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora todos, bajo mi manto santo, en
presencia de mi amado Hijo Jesús, os bendigo a todos en este día hijitos míos,
como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Vamos caminando hacia la morada santa
Adiós hijitos míos. Hasta pronto.