PRIMER VIERNES: 01 – MAYO – 2015
Novena
estación del Vialucis, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu
de oración habéis subido a esta montaña Santa, en la cual es mi deseo y en
nuestra Divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de
humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a mis almas consagradas: religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales.
Con profundo dolor os digo lo que mis ojos ven: Mis ojos están llenos de
lágrimas al ver tanto dolor. Hijitos míos, entended lo que en este día os vengo
a pedir. Como ya os tengo predicho, en este día os digo, con profundo dolor:
Habéis entrado en el tiempo, en el tiempo más doloroso de todos los tiempos.
Por eso, hijitos míos, haced lo que en este día os pido. Sed dóciles a mi
palabra, sed dóciles a mis avisos, sed precavidos a todo cuanto os rodea, mi
adversario, Satanás, ha escogido poseer a las naciones más poderosas del mundo
y con su ejército maldito está llevando a cabo una gran persecución y un gran
dolor, un dolor tan grande que jamás podréis imaginar.
Por eso es que os pido en este día y en este Santo
Vialucis, oréis con fe, oréis con amor, oréis con confianza, Yo, Vuestra Madre
Celestial, desciendo del cielo a traeros la salvación. Sabed hijitos míos,
escuchad y entended, en este día os aviso, en esta montaña santa, a todos
aquellos que os llegan mis mensajes, cada día hijitos míos, que Yo, Vuestra
Madre Celestial desciendo del cielo a vosotros, a esta montaña santa, hago
descender sobre toda esta montaña, una fuerte lluvia de gracias. Estas gracias,
hijitos míos, son para vosotros, son para el enriquecimiento del alma. ¿Habéis
entendido hijitos míos?
Ahora, mi Amado Hijo, Jesús, está a mi lado,
escuchadle, amadle, adoradle.
Jesús:
Hermanos, no
temáis, soy Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el crucificado, el Hijo del
Padre. Como veis hermanos, soy fiel a nuestras citas. Un día más desciendo del
cielo de mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Sí, hermanos,
hoy me encuentro entre todos vosotros, derramaré sobre toda esta montaña, una
gracia especial, gracia que os servirá para el enriquecimiento del alma.
Ahora hermanos, bajo esta gracia especial, bendigo
vuestros cirios: Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et
Filio et Spiritu Santo.
Vuestros cirios, hermanos, un día más, han sido
bendecidos, haced que no falte en vuestros hogares la luz que yo, Jesús de
Nazaret, derramo sobre ellos.
Ahora, hermanos, doy paso a mi Madre Santa. Amadla,
seguidla con docilidad, con cariño, con fe, con amor y haced lo que os pide.
La
Stma Virgen:
Y ahora, hijitos míos, a vosotros me dirijo, hijos
muy amados, respondedme con el corazón: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? ¿Amáis a mi Santa Iglesia? Y vosotros ¿Os amáis
hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la Verdad
Y sin más, Yo os bendigo, en este día, a todos
cuantos habéis subido a esta montaña Santa, como el Padre os bendice, por medio
del Hijo y con su Espíritu. Habéis recibido esta bendición de vuestra Madre
Celestial en presencia de mi Amado Hijo Jesús.
Sí, hijitos míos, adiós.
PRIMER SÁBADO: 02 – MAYO – 2015
Cuarto
misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción, que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu
de oración habéis subido a esta montaña Santa, en la cual es mi deseo y en
nuestra Divina presencia os inclinéis todos besando el suelo, en acto de
humildad, saludando a la Santísima y Divina Trinidad, pidiendo perdón por
vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todo mi Ejército Blanco, presente y ausente. Hijitos míos, en este
día os digo, escuchad y entended: Ha llegado el tiempo de mi gran Batalla. Sí,
hijitos míos, tiempo de dolor, tiempo de oración. A todos os pido en general,
sed dóciles a mi palabra y haced lo que os pido, no tengáis miedo, combatid
todos con el Santo Rosario, con la Santa Eucaristía, con el Amor, el Amor de
Cristo y su seguimiento. Sí, hijitos míos, haced lo que os pido, si hacéis lo
que os pido, si sois dóciles a mi palabra, amáis a Cristo, amáis su Santa
Iglesia, vivís con amor la Santa Eucaristía, mi adversario Satanás no os
tocará, no os dañará ni un pelo de vuestra cabellera. Ánimo hijitos míos, no
tengáis miedo, que no estáis solos.
Sí hijitos míos, en este día, en presencia de mi
Amado Hijo, mi Amado Hijo Jesús, os tengo que preguntar: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis
a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios
Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo, la Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi
Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor?
Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Esforzaos
todos y de ahora en adelante aprended a amar.
Y sin más Yo, os bendigo, en este día, a todos
los que habéis subido a esta Montaña Santa, como el Padre os bendice, por medio
del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía
entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción, que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros. Hijitos míos, en este día os doy las
gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña Santa, en la cual es mi deseo y en nuestra Divina presencia os
inclinéis todos besando el suelo, en acto de humildad, saludando a la Santísima
y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de este planeta. ¡Ay hijitos míos! Mi corazón
sangra por lo que mis ojos, entre lágrimas, ven. Veo una gran bola de fuego
moviéndose de un lado a otro, entre la tierra y el mar. Allí donde se detenga,
hijitos míos, habrá tanto llanto, habrá tanto dolor, que jamás podréis
imaginar. Por eso es que os pido en este día, a, todos en general: Orad con la palabra,
orad con la mente, orad con el corazón, orad con amor, orad con fe, hijitos
míos, como ya os tengo predicho. Cuando el hombre ora, Dios escucha, lo bendice
y lo llena de gracias.
Y sin más por hoy, hijitos míos, en presencia de mi
amado Hijo Jesús, os pregunto una vez más:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras?
¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo, la
Santísima y Divina Trinidad? ¿Amáis mi Santa Iglesia? ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis hijitos
míos?
Una
vez más os pido: Amaos unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado y el
Corazón de Cristo.
Y sin más
por hoy, hijitos míos, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os bendigo
en este día a todos los que habéis subido a esta Montaña Santa, como el Padre
os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós
hijitos míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.