PRIMER VIERNES: 01 – SEPTIEMBRE – 2017
Duodécima estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen
dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, hijos muy amados, en este día os doy
las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta
montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis
todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma y Divina
Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del
mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de este planeta. Sí, hijitos míos, con profundo
dolor os digo en este día lo que mis ojos ven. Veo a mi adversario, Satanás con
grandes aliados, aliados y poderosos, `preparando, tejiendo sin escrúpulos una
guerra mundial. Sí, hijitos míos, por eso en este día, de nuevo os hago saber:
El dolor más doloroso de todos los dolores lo vivirá y sufrirá mi Sana Iglesia,
Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Por eso, hijitos míos,
vuelvo a llamar, quiero ser escuchada, entendida y obedecida, a subir aquí, a
esta montaña santa, a religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales. Venid,
hijitos míos, en este día os llamo desde lo más profundo de mi Corazón
Inmaculado, hagáis todos este Viacrucis con fe y con amor, orando en cada una
de sus estaciones, pidiendo la paz, pidiendo en cada una de sus estaciones,
pidiendo la paz, pidiendo la paz, pidiendo la paz. No estéis solos, mi Amado
Hijo Jesús, Yo, vuestra Madre Celestial, oramos con vosotros y por vosotros.
Haced lo que os pido, escuchad mi voz, haced lo que os pido.
Ahora, hijitos míos, mi Amado Hijo Jesús, está a mi
lado, escuchadle, amadle, adoradle, haced lo que os pida.
Jesús:
Hermanos, no temáis soy Jesús, vuestro Jesús, el
Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos no falto a
nuestras citas, estoy con todos vosotros, desciendo del cielo de mano de mi
Madre santa, vuestra Madre, María Inmaculada a llenaros de gracia, a traeros la
salvación.
Ahora hermanos, voy a bendecir vuestros cirios, con
una gracia especial: Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo. Gloria Patri et
Filio et Spiritu Santo.Gloria Patri et Filio et Spiritu Santo.
Hermanos, vuestros cirios ya han sido bendecidos,
procurad todos que la luz de estos cirios no falte en vuestros hogares.
Llegarán las tinieblas, pero no entrarán en aquellos hogares donde la luz
divina que yo pongo en estos cirios, esté en vuestros hogares.
Ahora
hermanos, doy paso a mi Madre Santa, amadla, seguidla, haced lo que os
pida.
La Stma Virgen:
Hijitos míos sin más por hoy, en presencia de mi
Amado Hijo Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os
amáis hijitos míos?
Uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a
los otros, amaos en profundidad. Amaos unos a otros hijitos míos, como os ama
mi Corazón Inmaculado.
Ahora, mis manos las pongo en vuestras manos,
entrelazadas están, llenaos de gracia, de fe y de amor. Sí, y en este estado de
gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, aquí en la cima de esta montaña
santa. Yo os bendigo a todos como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.
PRIMER SÁBADO:
2 – SEPTIEMBRE – 2017
Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en
éxtasis y dice a la Stma Virgen:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración
habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los servidores y seguidores
de Cristo, especialmente a aquellos que han perdido la fe. Escuchad y entended
lo que en este día os digo que mis ojos
ven: Veo a mi adversario Satanás a prisa, marcando con su sello maldito a todos
aquellos servidores y seguidores de Cristo y de su Santa Iglesia que han
perdido la fe, han abandonado la oración y están siendo marcados por su sello
maldito, sí hijitos míos, marcados en la frente con el 666. Que dolor, hijitos
míos al ver a estos hijos míos, mi corazón sangra de dolor.
Hijitos míos,
a todos me dirijo, orad diariamente como os tengo mandado, orad con la palabra,
orad con la mente, orad con el corazón, sí, hijitos míos una vez más os pido:
Sed mansos como palomas pero astutos como serpientes, a todos os digo, a todos
me dirijo, los que en este día estáis en la cima de esta montaña santa: Amad a
Cristo, seguid a Cristo, adorad a Cristo, vivid con fe, con amor y confianza la
Santa Eucaristía. Haced lo que os pido y seréis custodiados y protegidos por
los ángeles de Dios.
Ahora hijitos
míos, sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús os pregunto una vez
más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus
obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo?
La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia,
la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Ahora, en este
momento de gracia, en la cima de esta montaña santa, uníos todos aceptaos los
unos a los otros, tomaos de la mano y abridme vuestros corazones. Sí hijitos
míos, abrid vuestros corazones a la gracia divina que en este día vais a
recibir. Mis manos entrelazadas están en vuestras manos. Sí, hijitos míos en
este estado de gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús y en este día os
bendigo a todos como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con su Espíritu.
No olvidéis
mis avisos.
Adiós hijitos
míos.
Cuarto misterio de gloria, Luz Epifanía entra en
éxtasis la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no
temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine
siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos,
en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración
habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina
presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a
la Stma y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los
pecadores del mundo.
Hijitos míos,
el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los seguidores y servidores
de Cristo. Sí, hijitos míos, en este día os pido y os digo a todos lo que mis
ojos ven: Veo hijitos míos, las potencias del mal, fabricando un misil de largo
alcance. ¡Ay cuánto dolor! Este misil, hijitos míos, lo están construyendo para
ser enviado a la cúpula divina. Quieren incendiarla, quieren convertirla en
cenizas. ¡Que dolor hijitos míos! En este día os pido a todos, seguidores y
servidores de Cristo, escuchad mi voz, profundizad en mi dolor y haced lo que
os pido. Quiero ser entendida y obedecida, quiero que os unáis todos y oréis
con fe, oréis con fe y confianza como os tengo mandado, oréis con la mente,
oréis con la palabra, oréis con el corazón, oréis todos hijitos míos, pidiendo
la paz, orad por la paz, orad por la paz. Si hacéis lo que os digo, detendréis
con vuestra pequeña oración el tiempo de los tiempos. ¡Qué dolor hijitos míos!
Y ahora, sin
más por hoy, deseando en lo más profundo
de mi alma, de mi corazón Inmaculado lo hayáis entendido, os pregunto una vez
más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus
obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo?
La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia,
la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella ¿Amáis a vuestro pastor? Orad por él.
Y vosotros ¿os amáis hijitos míos?
Amaos unos a
otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, uníos
todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros, amándoos de corazón como a todos os ama mi
Corazón Inmaculado.
Ahora hijitos
míos, en este estado de gracia, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, extiendo
mis manos, mis manos están entre vuestras manos. Sí, hijitos míos, en este
estado de gracia, en la cima de esta montaña santa, en presencia de mi Amado
Hijo Jesús, Yo os bendigo como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos
míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.