PRIMER SABADO: 1 –
DICIEMBRE – 2018
Cuarta
misterio, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma. Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor. Sí,
hijitos míos, una espada de doble filo traspasa hoy mi corazón, mis ojos llenos
de lágrimas por lo que ven. Veo, hijitos míos, a millares y millares de mamás
arrebatándoles la vida a sus hijos. No los dejan nacer. Qué dolor, hijitos
míos. Deteneos, hijitas mías, deteneos, no cometáis crímenes, crímenes tan
horrendos. Dejad a vuestros hijos nacer. Sí, no les arrebatéis la vida. Qué
dolor, hijitos míos, estos crímenes tan horrendos, cada día es más elevado el
número de ellos. Deteneos. Deteneos, mamás. Deteneos. Hijitos míos, qué dolor,
qué dolor tan profundo hay en Mi Corazón Inmaculado al ver, hijitos míos,
tantos crímenes tan horrendos. Deteneos, hijitas mías, deteneos, mamás. Hijitos
míos, deseando, hijitos míos, hayáis entendido este dolor tan profundo que hay
en mi corazón, os pido ofrezcáis en este día estos quince misterios por estos
crímenes tan horrendos, pidiendo a las almas, pidiendo a esas mamás se detengan
y no pequen más.
Sí, hijitos míos, y sin más por hoy, en presencia de
Mi Amado Hijo Jesús y en la cima de esta montaña santa, con mi Corazón
Inmaculado traspasado de dolor, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás?
¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre?
¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina
Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo, Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os
amáis, hijitos míos? En este día os pido a todos os améis unos a otros como os
ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, hijitos míos,uníos todos, tomaos de la mano.
Sí, así os quiero ver. Ahora mis manos, hijitos míos, entrelazadas están en
vuestras manos. Y en este momento de gracia, en la cima de esta montaña santa y
en presencia de mi Amado Hijo Jesús, os bendigo en este día como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu. Adiós, hijitos míos.
PRIMER VIERNES: 07 – DICIEMBRE – 2018
Décima
estación, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la
Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos
los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la
cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el
suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. y Divina Trinidad, pidiendo
perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va
dirigido a todos los habitantes de esta nación, vuestra nación. Mi corazón
sangra y mis ojos lloran por lo que ven. Sí, hijitos míos, este día os hago
saber a todos con profundo dolor. Un comando extranjero, malo, con mucho poder,
acaba de instalarse en esta nación, vuestra nación. Todos están dispuestos a
trabajar y servir a mi adversario.
Hijitos míos, estos planean una más grande y dolorosa,
dolorosa y sangrienta que la pasada. Sí hijitos míos, que dolor.
Por eso os pido en este día, subáis al Calvario
ofreciendo este santo Viacrucis a Dios Padre, vuestro Creador, pidiendo la paz
de esta nación, vuestra nación. Como ya os tengo predicho, en este santo
Viacrucis, en esta subida al Calvario, no estáis solos, mi Amado Hijo, Jesús, y
yo, Vuestra Madre Celestial, orando con vosotros y por vosotros. Orad por la
paz, hijitos míos, orad por la paz, orad por la paz de esta nación, vuestra
nación.
Hijitos míos, una vez más os pido: Amad a Cristo y a
su santa Iglesia, sí hijitos míos, mi Santa Iglesia, la Iglesia Santa de
Cristo. Estad unidos, orad unidos. Sí, hijitos míos.
Y sin más por hoy en este día, en la cima de esta
montaña santa, en presencia de mi amado Hijo, Jesús, os pregunto una vez más:
¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras?
¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La
Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia? Vuestra Santa Iglesia, la
Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y
vosotros ¿os amáis, hijitos míos?
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora, hijitos míos, uníos todos, tomaos de la mano,
aceptaos los unos a los otros, amándoos hijos míos, unos a otros como os ama mi
Corazón Inmaculado.
Ahora hijitos míos, tomad mis manos, sí, hijitos
míos. Ahora, mis manos entrelazadas están en vuestras manos. Y en este estado
de gracia y en la cima de esta montaña santa, en presencia de mi Amado Hijo
Jesús, en este día os bendigo, hijitos como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós, hijitos míos, hasta pronto
13
– DICIEMBRE – 2018
Cuarto misterio de luz, Luz Epifanía
entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos
míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios
reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos
míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de
oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra
divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad,
saludando a la Stma. y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y
por todos los pecadores del mundo.
Hijitos
míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a los sacerdotes de mi amado
Hijo Jesús. Sí, hijitos míos, escuchad y entended lo que en este día os vengo a
pedir. Como ya os tengo predicho, este es el tiempo de la gran prueba, prueba
larga y dolorosa, pero también es mi tiempo y en este día os pido: Quiero ser
entendida y obedecida. Una gran misión. Quiero hijitos míos que abandonéis
vuestros hogares y vayáis por todo el planeta tierra llevando la luz de Cristo.
Sí,
hijitos míos, en este día os pido a todos, llevéis la Palabra de Dios a todas
la naciones del planeta tierra. Sí, hijitos míos, haced lo que os pido y no
tengáis miedo porque os hago saber que en esta misión no estaréis solos, los
ángeles y arcángeles de Dios Padre, vuestro Creador irán con vosotros. Haced lo
que os pido, hijitos míos y no tengáis miedo.
Ahora
hijitos míos, mi Amado Hijo, Jesús, está a mi lado, amadle, adoradle, haced lo
que os pide.
Jesús:
Hermanos,
no temáis, soy Jesús, vuestro Jesús, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del
Padre. Como veis hermanos un día más desciendo del cielo aquí, a esta montaña
santa, al lado de mi Madre, vuestra Madre, María Inmaculada, a traeros la
salvación, a traeros la luz, la luz divina a vuestros hogares y a vuestros
corazones. Sí hermanos, ahora bendigo vuestros cirios: “Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto”.
Hermanos,
vuestros cirios han sido bendecidos con una gracia divina para vuestros
hogares.
Ahora
hermanos, doy paso a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Haced lo
que os pide, tomaos de su mano y caminad con ella.
La Stma Virgen:
Hijitos
míos, y sin más por hoy y en la cima de esta montaña Santa, en presencia de mi
Amado Hijo, Jesús os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a
sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo?
¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa
Iglesia, Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella.
¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él. Y vosotros ¿os amáis, hijitos míos?
Ésta
es vuestra fe, ésta es la verdad, que nada ni nadie os haga vacilar.
Ahora,
uníos todos, tomaos de la mano, aceptándoos los unos a los otros y amándoos
unos a otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora
hijitos míos, mis manos entrelazadas están en vuestras manos. Caminad conmigo
no os soltéis de mi mano.
Y
ahora hijitos míos, en este estado de gracia y en la cima de esta montaña
santa, os bendigo en este día como el
Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
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