sábado, 24 de agosto de 2019

Mensajes Virgen Agosto 2019


PRIMER VIERNES: 2 –AGOSTO – 2019

Décima estación Luz Epifanía entra en éxtasis la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. Y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo entero.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a religiosas, sacerdotes, obispos y cardenales. Sí hijitos míos, a toda mi Santa Iglesia que en peligro está. Como ya os tengo predicho, mi Adversario, Satanás, quiere hacerla desaparecer de la faz de la tierra. Y yo, Hijos míos os hago saber: Sin la Santa Iglesia, vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo, no hay vida en la tierra. Así pues os digo, hijos míos, a todos en general, subáis todos los primeros viernes de cada mes a orar este santo viacrucis con fe y con amor. Sí, hijitos míos, subáis todos, sacerdotes, obispos y cardenales, a este santo viacrucis, es por vuestra santa iglesia, por todos vosotros hijitos míos, por todos en general.
Como ya os tengo predicho, no estáis solos, mi Amado Hijo Jesús, Yo, Vuestra Madre Celestial, María Inmaculada, oramos con vosotros y por vosotros. ¿Lo habéis entendido hijitos míos? Haced lo que os pido a todos en general.
Ahora hijitos míos, mi Amado Hijo Jesús, está a mi lado, escuchadle, amadle, adoradle, haced lo que os pido.

Jesús:
Hermanos, no temáis, soy Jesús, Jesús de Nazaret, el Llagado, el Crucificado, el Hijo del Padre. Como veis hermanos, no falto a nuestras citas. Aquí en esta montaña santa, desciendo del cielo, de mano de mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada a bendecir, a llenaros de gracia, de fe, constancia y amor. Sí, hermanos, a traeros la salvación.
Ahora hermanos, voy a bendecir vuestros cirios con Luz viva, Gloriosa y Santa. Estos cirios hermanos, serán la vida para vuestras almas, vuestros hogares.
Ahora os bendigo: “Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto”.
Sí, hermanos, vuestros cirios un día más, han sido bendecidos.
Ahora hermanos, doy paso a mi Madre Santa, vuestra Madre, María Inmaculada. Amadla, seguidla, haced lo que os pido.

La Stma Virgen:
Hijitos míos y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo, Jesús y en la cima de esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad. ¿Amáis mi Santa Iglesia, Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él.
Ahora, uníos todos, hijitos míos tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros amándoos todos como os ama mi Corazón Inmaculado.
Ahora, hijitos míos, mis manos entrelazadas están en vuestras manos.
Y en este estado de gracia y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús y en la cima de esta montaña santa, Yo os bendigo hijitos míos como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.


PRIMER SABADO: 3 – AGOSTO – 2019

Cuarto misterio de gozo, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. Y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los habitantes de este planeta. Sí hijitos míos, como ya os tengo predicho, ha llegado el tiempo de la gran prueba, prueba que será, hijitos míos, dolorosa y sangrienta… sí, hijitos míos, en este día os pido y os hago saber: Yo, Vuestra Madre Celestial, Vuestra Madre María Inmaculada, desciendo del cielo y os amo a todos y a todos os quiero salvar. Sí hijitos míos, a todos os quiero llevar al refugio de mi Corazón Inmaculado, pero haced, hijitos míos, día a día lo que os tengo mandado. Orad con la palabra, orad con la mente, orad con el corazón. Amad a Cristo y a su Santa Iglesia, mi Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. Haced lo que os pido, hijitos míos, no vaciléis, no dudéis y entraréis todos en el refugio de mi Corazón Inmaculado
Y sin más por hoy, en presencia de mi Amado Hijo Jesús, en la cima de esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad.
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad.
Ahora uníos todos, tomaos de la mano, aceptaos los unos a los otros. En este estado de gracia os pido a todos: Orad por mi Santa Iglesia, vuestra santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él.
Amad la Santa Iglesia de Cristo con toda vuestra alma y vuestro corazón
Ahora os tomo a todos de la mano, mis manos están entrelazadas en vuestras manos.
Ahora os abro mi manto y a todos os acojo, a todos los que en este día habéis subido a esta montaña santa.
Y en este estado de gracia y en presencia de mi Amado Hijo, Jesús bajo mi manto, Yo os bendigo a todos en este día,  como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós hijitos míos.




13 – AGOSTO – 2019

Cuarto misterio de dolor, Luz Epifanía entra en éxtasis y la Stma Virgen dice:
Hijos míos, no temáis, soy vuestra Madre, la Purísima Concepción. Que la paz de Dios reine siempre entre todos vosotros.
Hijitos míos, en este día os doy las gracias a todos los que con fe y espíritu de oración habéis subido a esta montaña santa en la cual es mi deseo y en nuestra divina presencia os inclinéis todos besando el suelo en acto de humildad, saludando a la Stma. Y Divina Trinidad, pidiendo perdón por vuestros pecados y por todos los pecadores del mundo.
Hijitos míos, el mensaje de hoy es de dolor y va dirigido a todos los seguidores y servidores de Cristo. Sí hijitos míos, escuchad y entended lo que en este día os vengo a pedir. Hijitos míos, mis ojos lloran, mi corazón sangra, por el dolor tan profundo que mis ojos ven. Sí, hijitos míos, en este día os digo lo que mis ojos ven: Veo hijitos míos, a mi adversario Satanás, danzando dardos de sangre, dolorosos, de fuego y dolor, contra Jerusalén. Hijitos míos ¡Cuánto dolor! ¡Cuánto ven mis ojos! En este día os pido a todos los que habéis subido a esta montaña santa y a todos aquellos que escuchan mis mensajes: Orad todos, orad todos por Jerusalén, orad hijitos míos, orad con fe, orad día a día el Santo Rosario,  Jerusalén, la paz en Jerusalén. Sí hijitos míos, haced lo que os pido.
 Y sin más por hoy y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, aquí en la cima de esta montaña santa, os pregunto una vez más: ¿Renunciáis a Satanás? ¿Renunciáis a sus secuaces? ¿Renunciáis a sus obras? ¿Amáis a Dios Padre? ¿Amáis a Dios Hijo? ¿Amáis a Dios Espíritu Santo? La Santísima y Divina Trinidad.
Ésta es vuestra fe, ésta es la verdad. Y vosotros ¿os amáis, hijitos míos? Amaos todos, amaos los unos a los otros como os ama mi Corazón Inmaculado.
¿Amáis mi Santa Iglesia, Vuestra Santa Iglesia, la Iglesia Santa de Cristo? Todos unidos, orad por ella. ¿Amáis a vuestro Pastor? Orad por él.
Ahora, uníos todos, tomaos de la mano, aceptándoos los unos a los otros, y amaos en profundidad como os ama mi Corazón Inmaculado. Ahora mis manos, hijitos míos entrelazadas están en vuestras manos. Os abro mi manto y os acojo a todos los que en este día habéis subido a esta montaña santa.
Y en este estado de gracia,  bajo mi manto y en presencia de mi Amado Hijo Jesús, Yo  os bendigo en este día como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con su Espíritu.
Adiós, hijitos míos.


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