Santo Tomás de Aquino le debemos la oración que hoy compartimos y que puede ser
muy útil cuando nos disponemos a iniciar un momento de estudio…
Oh inefable Creador nuestro, altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría,
Oh inefable Creador nuestro, altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría,
dígnate infundir el rayo de tu claridad sobre las tinieblas de mi inteligencia, removiendo
la doble oscuridad con la que nací: la del pecado y la ignorancia…
¡Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños, instruye la mía, e infunde en mis
labios la gracia de tu bendición!
Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para atender,
sutileza para interpretar y gracia abundante para hablar…
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar…
¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
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